viernes, 30 de mayo de 2014

EL SISTEMA SE DEFIENDE



Pero, ¿cuál es el problema? O sea, que llama la atención e, incluso, alarma la irrupción de Podemos en la escena política pero nada se dice del dominio de PP y PSOE en sus feudos clásicos. O, lo que es lo mismo, que a pesar de los insoportables casos de corrupción, los grandes partidos continúan ganando elecciones. ¿Qué es más preocupante? Porque, a pesar de la aparatosa caída de votos, las autonomías en las que el nepotismo es ley se mantienen electoralmente estables. Vale, crecen las cuartas alternativas, pero muy lejos de las formaciones dominantes. Ni televisión, ni prensa, ni internet, ni nada; a pesar del estercolero de los ERE andaluces y de los constantes casos de corrupción destapados en Valencia y Madrid, los votantes no cambian de opinión. Y eso que, en principio, así debería ser. Porque el ambiente en la calle lo transmite. Desahucios, deudas, paro, pérdida de calidad de vida, recortes sociales... ¡y siguen ganando los mismos!, los que se preocupan por la aparición de estos ruidosos actores secundarios. Sin ir más lejos, ¿quién fue el partido más votado en Asturias? El PSOE. El mismo PSOE de tan sonoros escándalos. Marea, Niemeyer, Musel... Y, ¿qué pasa? ¿Pasa algo? Pues no. Una leve señal de alerta en forma de pérdida de votos, pero como los únicos rivales están igual o peor, pues tan contentos, sintiéndose ratificados en la tarea de gobierno.
Corremos el riesgo de que el fenómeno pasajero de Podemos esconda esta tenaz realidad: la corrupción política prácticamente sale gratis y sus consecuencias electorales no pasan de suaves advertencias. Y tampoco hay que ponerse así, tan preocupados por las excentricidades resultantes de los recientes comicios. No deberíamos olvidar que los españoles, en su momento, votamos a Ruíz Mateos y lo sentamos en el Parlamento Europeo. Eran los tiempos en que el felipismo comenzó a dar un tufo de putrefacción que tiraba para atrás. Y muchos españoles votaron al justiciero del momento, que vaya tela. Hoy, cuando se supone que el electorado está en el punto justo de ebullición para desprenderse de la chusma, como mucho da un aviso. Y verán cómo de aquí a las próximas elecciones el sistema se defiende para que los votos vuelvan al redil.

Publicado en LNE de Las Cuencas el 30/5/2014



miércoles, 28 de mayo de 2014

MORDISCOS EN EL CULO



Estaba ya lanzado escribiendo la columna y se cruzó por delante –maldito Facebook- la noticia de la señora coruñesa que fue mordida en el culo por una serpiente mientras estaba plácidamente haciendo sus cositas sentada en el váter. Rediez, qué respigo. Y es que, aunque a alguno le suene raro, el váter es mi lugar favorito para el desarrollo de pensamientos. Cada cual es cada cual, y los habrá que discurran a las mil maravillas a la sombra de un frutal, tumbados en la cama, sentados ante la pantalla del ordenador o extasiados frente a una copa de licor. Yo, es ir al servicio, bajar el calzoncillo, tomar asiento y activárseme las neuronas. Ya sé que eso podría interpretarse como “pensar con el culo”, pero qué le vamos a hacer. Así es y tal como lo experimento lo transmito. Porque entiendo la evacuación como un estado de relajación y placer. Es entonces, en esa situación de calma, cuando mi cerebro da lo mejor de sí. Por ello, por sistema voy al servicio provisto de cuaderno y bolígrafo, pues tengo comprobado que las ideas más sublimes se esfuman al tirar de la cadena.
Pero, claro, el encanto del momento desaparece desde el instante en que uno teme que un ofidio cabrón salga de las profundidades para hincarle a uno los colmillos en los bajos. Con semejante inquietud no se genera ninguna idea coherente.

Siendo niño, unos tíos míos, para hacerme la gracia, me llevaron a ver la película Tiburón. Entonces, yo vivía en Las Palmas de Gran Canaria, y mi deseo de nadar en el mar quedó completamente anulado. Y en las piscinas, vaya, con reparos. Porque son imágenes que marcan para siempre. Y sólo pensar en estar sentado en el trono y que por debajo chapotee una serpiente le cierra a uno todos los esfínteres. Ay, qué repelús. Así que, si en el futuro advierten que la clarividencia de pensamiento habitual en esta columna ha desaparecido, comprendan que el lugar y momento en que brotan mis mejores ideas ya no es lo mismo. Y uno ya está mayorcete para mudanzas delicadas. Que las costumbres y las manías se apoderan de uno y si el váter deja de ser el váter, a saber lo que sale.

Publicado en LNE de Las Cuencas el 25/5/2014

jueves, 22 de mayo de 2014

MANTENER LA FE



Mantener la fe en el ser humano se hace muy cuesta arriba. Porque, ya lo decía el otro día, cada vez hay más tontos sueltos por ahí. Más de 17000 internautas vomitaron exabruptos antisemitas con ocasión del partido de baloncesto entre el Real Madrid y el Maccabi de Tev Aviv. Otros 17000 a añadir a la lista de imbéciles armados con una conexión a internet. Algo estamos haciendo mal para que haya tantísimo tarado que se alegra cuando a alguien le descerrajan un tiro en la nuca y que se cachondea del Holocausto nazi. Cómo se ha llegado hasta aquí, qué clase de educación reciben estos anormales, para qué sirven las campañas de información y concienciación si finalmente nada cambia o, si lo hace, es a peor. Porque no será por falta de mensajes que llaman a la igualdad y la tolerancia; ni de terribles ejemplos de las consecuencias del triunfo del odio. Pues a estas alturas de civilización en España más de 17000 individuos dicen estar a favor del exterminio judío. Manda huevos.
Pero lo más preocupante de todo es que sabemos que la gente que habitualmente se maneja en las redes sociales es joven. Los detenidos por burlarse del asesinato de la política leonesa son chavales de 20 años. Y me juego algo a que la inmensa mayoría de los 17000 bobos antisemitas tienen una edad parecida. Y les hacen gracia las cámaras de gas y los balazos a quemarropa. Habrá que preguntarse de quién están aprendiendo a ser unos tipos despreciables, qué fuentes alimentan tanto odio y estupidez.
Un reciente estudio pone de manifiesto que los comportamientos machistas y la violencia contra la mujer se están incrementando entre los jóvenes. Qué pasa, qué referentes tienen estos chicos que tratan a sus parejas como al ganado. Y qué lleva a una muchacha a permitir que un macarra de mierda tome posesión de su vida. Por qué, a pesar de la catarata de información que lanza esta sociedad, tiene tanto tirón una estructura pandillera cada vez más primitiva, cruel y machista. Y qué motiva que las campañas de concienciación sobre los peligros del alcohol, las drogas y las prácticas sexuales de riesgo sean ignoradas precisamente por el colectivo al que se dirigen. En fin, que hay que mantener la fe, pero por obligación.




 Publicado en LNE de Las Cuencas 22/5/2014

miércoles, 21 de mayo de 2014

ANIVERSARIO



Voy a felicitarme, porque estoy de aniversario. Hace nada menos que quince años que La Nueva España me regaló un hueco entre sus páginas en el que poder explayarme en libertad. Aquello que comenzó como algo circunstancial me ha llevado hasta aquí. Según el contador del ordenador, son 1850 columnas en estos tres lustros. Ni en sueños imaginé que pudiera tener tanta cuerda. Ni por lo más remoto. Es el día de hoy que continúo sorprendiéndome de encontrar motivación y ganas de sentarme a escribir y de seguir experimentando el placer de hacerlo.
Quince años vienen a suponer el 30% de mi vida, un periodo considerable, sin duda. Y si bien sobrevienen épocas de sequía – algo que, al parecer, sucede con relativa frecuencia a los que se dedican a esto de escribir -, y de cierto hastío, ignoro por qué pero siempre son episodios pasajeros y repentinamente la cabeza vuelve a llenarse de ideas e historias que esperan ser mecanografiadas. Bien puede ser que escribir estas trescientas y pico palabras se haya convertido en una necesidad, la terapia que requiere el que se siente más cómodo y libre plasmando sus pensares sobre un papel que soltándolos al aire. Yo hablo porque tengo que hacerlo, pero lo mío es escribir, sin que se acelere el pulso ni la respiración se agite. Y con la plena conciencia de la responsabilidad que acepta quien decide publicar, con su nombre y su imagen, para que lo lean cientos de personas desconocidas. Curioso contraste con el actual anonimato de las redes sociales de internet. Cuando junto a las palabras está la identificación del autor, se aprende a pensar y repensar antes de pulsar “enviar”.
Quince años enseñan mucho, desde la importancia de fijarse, prestar atención a lo que te rodea, porque de ahí, incluso de lo más insustancial sale una historia, hasta el incalculable valor de la libertad de pensamiento y opinión. El inicial empeño por hacer valer mi independencia ideológica resultó tan baldío que hace muchos años ya que dejé de preocuparme de ello. Para unos soy así, para otros, asá y a la mayoría le importa un bledo. Pero, vamos, tanto tiempo después y miren dónde estoy: donde estaba. Ni más ni menos. 
En fin, que espero no resultar molesto, pero hoy me apetecía soplar esta vela. Gracias.

Publicado en LNE de Las Cuencas el 21/5/2014



martes, 20 de mayo de 2014

REFERENDUM

El próximo 25 de mayo, además de las elecciones europeas, se celebrará un referéndum en la localidad vallisoletana de Castrillo de Matajudíos para decidir el cambio de nombre de la población, acontecimiento mucho más interesante que el resultado del duelo Cañete – Valenciano. Por cierto, que Cañete ya pisó la primera caca, abriendo las puertas a la progresía para que lo califiquen de machista. Bien hecho, Cañete, a ver cuánto tardas en que te llamen fascista.
Porque sí, será muy tradicional y lo que se quiera, pero el nombrecito del pueblo se las trae. Y no creo que en estas condiciones pudieran promocionarse como destino turístico en Israel, por ejemplo. Como lo de Matamoros. Y Despeñaperros, que vaya nombre requetefeo para la puerta norte de Andalucía y no pasaría nada si lo cambiaran. Porque a nosotros nos suena familiar y no nos detenemos a pensar en su significado, pero imaginen las caras de espanto de los extranjeros que solicitan la traducción. Y si además viajan con sus mascotas, ni les cuento. Asturias tiene el alto del Pozo de las Mujeres Muertas, nombre siniestro donde los haya, lugar en el que se le tiene que poner a uno un cuerpo al pasar por ahí, sobre todo si es fémina, que no veas.
Todo ello responde a hechos históricos, tradiciones e incluso inexactas traducciones que en su momento tuvieron sentido y justificación. Así, en España, escabechar moros y judíos era una actividad muy bien vista en el siglo XV. De ahí la existencia de unos topónimos que hoy, por su actual carga negativa, es posible que lastren más que ayudar. Y así deben de percibirlo en Castrillo de Matajudíos, donde supongo que por ahora no se habrán planteado invitar a Woody Allen a que les visite ni un hermanamiento con alguna población israelí.
Los tiempos cambian y, si bien nos incumbe a todos preservar la historia y la tradición en su conjunto, hay detalles que conviene actualizar para evitar que queden como un horror. Si se dan cuenta, lo moderno es seguir matando judíos. Y moros. Y negros, blancos, amarillos y del color que sean. Asimismo, martirizar a los animales, abandonarlos y matarlos de modo cruel continúa siendo algo tristemente habitual. Es algo plenamente de moda. Pero ponerlo por escrito está completamente desfasado.



 Publicado en LNE de Las Cuencas el 20/5/2014

lunes, 19 de mayo de 2014

VERDADES




La escena me hizo gracia: dos jóvenes –chica y chico- coinciden en la calle y se saludan efusivamente. Cúantos años sin verte, qué tal te va la vida, patatín y patatán. Al momento de despedirse se obsequiaron con un par de cariñosos besos y cada uno prosiguió su camino. Pero un instante después ella se volvió y gritó el nombre del chico. Él se giró sonriente y, entonces, la muchacha le dijo en un volumen perfectamente audible en toda la calle: ¡Vaya calvo que te estás quedando! La sonrisa del chaval se petrificó, como cuando una venerable ancianita te aplasta un dedo del pie con el carro de la compra y uno, con ganas de aullar de dolor, la tranquiliza: “Nada, no ha sido nada. Casi ni lo he sentido”. Bueno, pues así se quedó el pobre chico. Y es que hay verdades que no hay por qué airear por ahí. Y más cuando son evidentes, obviedades que saltan a la vista. ¿Qué pensaba ella, que el muchacho aún no se había enterado de su incipiente alopecia? Porque seguro que lo ve cada mañana en el espejo, como nos pasa a todos. Por cierto que el chico, ya puestos, podría haber respondido a su amiga: ¡Y tú vaya par de cartucheras que te has echado, guapa. Que para sí las quisiera John Wayne! No habría mentido nada de nada, y de ello soy testigo, pero qué necesidad tenía de repeler el desafortunado comentario con otro del mismo calibre. Porque, si nos ponemos en este plan, hacemos la convivencia insufrible. ¿Se acuerdan de La Torre de Suso? “Cundo, engordaste”. Como si Cundo no supiera que había engordado. ¿Para qué molestar a alguien notificándole lo que ya conoce? Anda que si a cada uno de los que me dice que he echado barriga le respondo con otra obviedad que le afecte, me quedo solo. Vaya dientes, no habrás pagado por ese corte de pelo, ¿verdad?, pero cómo nadie se puede poner una camisa tan hortera, que ya no tienes edad ni cuerpo para embutirte en esa falda, por favor, cómprate un diccionario y repasa un poco antes de abrir la boca. En fin, que no es plan. Aunque me temo que en una de éstas ... 

Publicado en LNE de Las Cuencas el 17/5/2014

viernes, 16 de mayo de 2014

EMPATÍA


Se cargan a tiros a una dirigente del PP y buena parte del personal lo celebra. Así está el patio. Porque siendo pepera era fascista, luego muerta está mejor que viva. Uno menos y que cunda el ejemplo. Una ojeada a las redes sociales y los foros de internet y se queda uno estupefacto.
Hace varios días vi una de las diversas versiones cinematográficas de los juicios de Nuremberg. El pasaje que se me quedó grabado es aquel en que uno de los personajes manifiesta haber hallado la explicación a la pasividad e indiferencia del pueblo alemán ante el horror nazi. La falta de empatía, dijo, la incapacidad de ponerse en el lugar del otro. A menor escala, algo similar se vivió en el País Vasco durante cuatro décadas. Unos morían mientras la mayoría seguía a lo suyo, sin inmutarse, motivo por el cual el terror dominó la sociedad durante tanto tiempo.
Día a día advierto que esa ausencia de empatía se extiende y son cada vez más los que aplauden y festejan los dramas sufridos por quienes consideran sus enemigos, que vienen a ser los opuestos ideológicamente y los rivales futbolísticos. Porque no es broma, que si en una de estas se estrella el avión del equipo contrario, se descorcharán muchas botellas. Y es que odiar es fácil. E inculcar el odio es pan comido. Es un sentimiento primitivo, que reside en la raíz primaria del ser humano, y que convenientemente estimulado lleva a lo que lleva, a que se festejen los asesinatos.
Cuando atentaron contra Aznar se dijeron auténticas barbaridades; cuando se vino abajo el helicóptero de Rajoy y Aguirre muchos lamentaron la falta de altura; la muerte de Carrillo fue ampliamente celebrada; y sobre la enfermedad y fallecimiento de Suárez, en fin, mejor me callo.
Creo que deberíamos comenzar a pensar en defendernos de nosotros mismos. La maldad es universal y sus corresponsales en este país no son pocos. Pero más preocupante es la cantidad de tontos que habitan en España. Se cuentan por millones. Y son peligrosísimos porque, incapaces de pensar por sí mismos, se convierten en presa fácil de los manipuladores. Y puestos en marcha son devastadores. Pido a Dios que me proteja de los tontos, que de los malos ya me defiendo yo.

Publicado en LNE de Las Cuencas el 15/5/2014


miércoles, 14 de mayo de 2014

DESCONFIANZA

Nuevo periodo de declaración de la renta. El Estado exige sinceridad a la ciudadanía para que cada uno contribuya en la medida real de sus posibilidades. Una teoría intachable. Sin embargo, ¿esa sinceridad y transparencia que se nos reclama es recíproca? ¿El Estado es sincero con los españoles? ¿Tienen ustedes la impresión de que los responsables públicos, del color que sean, nos dicen la verdad? Yo no la tengo. Es más, siento una profunda desconfianza. Porque, sin ir más lejos, los que me piden que sea sincero con ellos mantienen lo suyo en perfecta opacidad. Cuánto cobran en realidad, de qué beneficios se favorecen y por qué, dónde invierten, qué rendimientos obtienen. En definitiva, desconozco cuál es su contribución al sostenimiento de esta sociedad.
Pero es que en el desarrollo de mi profesión me encuentro con múltiples casos en que las administraciones niegan a los ciudadanos derechos incuestionables e ignoran solicitudes y reclamaciones absolutamente razonables y fundadas. Y es tu propio país, en cualquiera de sus formas administrativas, el que te da largas, el que te obliga a recurrir a los tribunales, el que escatima y racanea, el que no te devuelve lo que es tuyo, el que te dice que lo blanco es negro, el que es injusto a sabiendas.
Es un problema de desconfianza. Así como en el mercado laboral impera ese mismo principio, el de la desconfianza, por el que empleador y empleado no se fían un pelo el uno del otro y presumen que, a la menor, se la van a liar, a nivel general ocurre lo mismo, o sea, que la estructura del Estado desconfía de la ciudadanía y ésta, con muchos más motivos, recela de los que administran el país. Y así es muy difícil funcionar.
¿Alguno de ustedes cree que las subidas de impuestos se adoptan por el bien de la mayoría de la ciudadanía? ¿Y que las amnistías fiscales nos benefician a todos? ¿Y que los recortes de servicios y ayudas públicas se imponen para construir un país mejor?
Además, tenemos la certeza de que el Estado no nos protege de los ataques de los grandes poderes, de los atropellos de la banca, de los abusos de los que controlan los suministros esenciales. Más bien está de su lado. Como para fiarse.


 Publicado en LNE de Las Cuencas el 14/5/2014

APUNTARSE TANTOS

Este hábito de pretender apuntarse tantos constantemente acaba resultando de lo más irritante. El PP mierense lleva tiempo anclado en la estrategia de denunciar y exigir ante los medios de comunicación aquello que el equipo de Gobierno, a su entender, hace mal, que viene a ser todo. Pero es tal el entusiasmo que ponen en ello que en ocasiones terminan cayendo en la contradicción de denunciar injustas situaciones que ellos mismos contribuyeron a crear, como por ejemplo, el importe de la viñeta, completamente desmadrado y en cuyo incremento colaboraron decisivamente a través de una oportuna abstención. Bien está hacer ver que hay cosas por corregir, que se ha de mejorar. Y me parecería una estrategia del todo digna que una formación política que en un momento dado vota en un sentido, pasado el tiempo, y en vista de las consecuencias, reconsidere su postura, la explique e impulse un cambio. Pero eso de pillar una estadística y sin detenerse a hacer memoria sobre la autoría del atropello lanzarse a apuntar con el dedo, con un exclusivo propósito partidista, apesta.
El atraco de la viñeta ya ha sido denunciado en este recuadro en más de una ocasión (aproximadamente una vez al año, cada vez que llega el recibo) y nadie de ningún partido ha movido jamás un músculo. Y así la tenemos hoy, desorbitada si la ponemos en relación con la categoría del municipio y los servicios que presta. Porque entre viñetas, vados y unas cuantas milongas más cobradas a precio de oro, me parece que por el tema automovilístico a los mierenses nos están sangrando más que a muchos habitantes de municipios principales.  
Que el PP mierense denuncie estos impuestos abusivos me parece estupendo. Pero que explique por qué años atrás favoreció que se implantaran. Y, de paso, también podría apresurarse a convocar a los medios de comunicación para explicar la magnitud del recorte de la aportación estatal a la financiación de este Ayuntamiento que. además, viene obligado a reducir su deuda.

Y ya puestos a denunciar, qué mal huele lo que la piscina de Vega de Arriba. Lleva ya cinco meses cerrada. Y no entiendo cómo los usuarios se mantienen en silencio, resignados, en vez de estar dando el cante. Porque ya saben que el que no llora no mama.

Publicado en LNE de Las Cuencas el 13/05/2014

jueves, 8 de mayo de 2014

DINERO HUÉRFANO

Y cada día salta una nueva chorizada. Qué país. Como para no preguntarse de vez en cuando si es que los españoles somos mayoritariamente así, ladrones por naturaleza, y a la que tenemos oportunidad nos metemos en el bolsillo lo que no nos pertenece. Yo, en principio, creo que si ocupara un cargo de responsabilidad y por mis manos pasara un montón de dinero público, por nada del mundo lo haría. Pero eso, creo, porque no me vi en la situación, por lo que no he padecido esa tentación. Y es que son demasiados casos de corrupción, algo tan generalizado que lleva a uno a pensar de esta manera, que somos así y que si no robamos es porque no tenemos la oportunidad. Y más tratándose de dinero público, eso que parece no tener dueño. A un banco, a un gran empresario, a un deportista multimillonario, a esos no les causaríamos ningún estropicio económico. Pero lo de las arcas públicas parece distinto. Es el dinero de todos y, en consecuencia, de nadie, huérfano. Y si no es de nadie, pues trae para acá, que me lo quedo, que me viene de perlas, que si no lo desvío yo alguien con menos razones se lo va a quedar.
Es que, si esta no es la explicación válida para tanto choriceo, y suponiendo a la inversa que, si bien los españoles somos, en una inmensa mayoría, gente honrada, no disponemos de filtros y controles eficaces que impidan que los cacos accedan a puestos de responsabilidad. O sea, que para un corrupto resulta muy sencillo aproximarse a las orillas del río por el que fluye el dinero público. Fallan las inspecciones, la vigilancia y, en consecuencia, lo público se convierte en un terreno perfectamente abonado para las correrías de los amigos de lo ajeno.

Además, ¿qué ocurre cuando cae algún pájaro de éstos? ¿Acaso se devuelve la pasta distraída? Porque, al final, visto lo visto, parece que compensa la temporada en chirona - que, además, con suerte y contactos puede quedar en nada con un indulto del gobierno de turno. ¿Y si se cambiara el criterio y el tiempo de cárcel comenzara a descontarse a partir de la devolución efectiva de lo sustraído? Quién sabe; igual alguno se lo pensaría.

Publicado LNE de Las Cuencas 7/5/2014

OJOS EN EL CIELO

Por tierra, mar y aire. La DGT nos vigila como un gran hermano. Lo último, sus ojos en el cielo, con los que controla que los conductores respeten los límites de velocidad.
No habrá dinero para ambulancias, para que los dependientes perciban ayudas, para arreglar los baches, para que los pueblos no se queden sin maestros ni médicos. Para eso no hay. Para reforzar los medios sancionadores, lo que haga falta. Radares fijos, móviles, vehículos camuflados, cámaras sofisticadas, helicópteros dotados de tecnologías ultramodernas, un arsenal cada día más abundante y potente con el que achicharrar a multas.
Acabo de leer que en España circulan unos dos millones de vehículos con la ITV caducada. Y tan tranquilos. Sumen también los que no tienen seguro y resulta una hermosísima cantidad de coches que no deberían moverse y que, sin embargo, lo hacen. Una pena que los costosos radares no rastreen este tipo de infracciones. Tan sólo preocupa que te animes un poco pisando el acelerador, principalmente al paso por vías modernas, amplias, que no entrañan gran peligro. Y caes como un conejo.

Y me pregunto cuánto va a tardar la industria de componentes de automoción en desarrollar el, llamémoslo así, “cielovisor”. Si el retrovisor sirve para ver lo que sucede detrás del coche, el “cielovisor” nos permitiría saber si tenemos encima el helicóptero de la DGT que, en plan Barón Von Richthofen, se dispone a acribillarnos. Porque si ya es cansado conducir mirando a la carretera con todos sus accesorios, a las cunetas, arcenes, guardarraíles, pasos elevados y cualquier hueco en el que pueda emboscarse un radar, lo de ahora, debiendo agudizar el oído por si captamos algún zumbido mosqueante procedente de las alturas e intentar detectar a través de los cristales la presencia del dichoso artefacto, va a causar una tremenda crispación al volante y motivará no pocas distracciones. Y alguno se preguntará si no sería preferible, en semejante entorno de extrema vigilancia y control, cumplir las normas y no superar las velocidades permitidas. Más sencillo sí que sería, pero somos muchos los que crecimos haciendo caso a los sabios consejos de nuestros mayores, que nos decían: “No te conformes con el camino fácil. Esfuérzate y hallarás la recompensa”. Y en ello estamos.   

Publicado LNE de Las Cuencas 6/5/2014