miércoles, 14 de mayo de 2014

DESCONFIANZA

Nuevo periodo de declaración de la renta. El Estado exige sinceridad a la ciudadanía para que cada uno contribuya en la medida real de sus posibilidades. Una teoría intachable. Sin embargo, ¿esa sinceridad y transparencia que se nos reclama es recíproca? ¿El Estado es sincero con los españoles? ¿Tienen ustedes la impresión de que los responsables públicos, del color que sean, nos dicen la verdad? Yo no la tengo. Es más, siento una profunda desconfianza. Porque, sin ir más lejos, los que me piden que sea sincero con ellos mantienen lo suyo en perfecta opacidad. Cuánto cobran en realidad, de qué beneficios se favorecen y por qué, dónde invierten, qué rendimientos obtienen. En definitiva, desconozco cuál es su contribución al sostenimiento de esta sociedad.
Pero es que en el desarrollo de mi profesión me encuentro con múltiples casos en que las administraciones niegan a los ciudadanos derechos incuestionables e ignoran solicitudes y reclamaciones absolutamente razonables y fundadas. Y es tu propio país, en cualquiera de sus formas administrativas, el que te da largas, el que te obliga a recurrir a los tribunales, el que escatima y racanea, el que no te devuelve lo que es tuyo, el que te dice que lo blanco es negro, el que es injusto a sabiendas.
Es un problema de desconfianza. Así como en el mercado laboral impera ese mismo principio, el de la desconfianza, por el que empleador y empleado no se fían un pelo el uno del otro y presumen que, a la menor, se la van a liar, a nivel general ocurre lo mismo, o sea, que la estructura del Estado desconfía de la ciudadanía y ésta, con muchos más motivos, recela de los que administran el país. Y así es muy difícil funcionar.
¿Alguno de ustedes cree que las subidas de impuestos se adoptan por el bien de la mayoría de la ciudadanía? ¿Y que las amnistías fiscales nos benefician a todos? ¿Y que los recortes de servicios y ayudas públicas se imponen para construir un país mejor?
Además, tenemos la certeza de que el Estado no nos protege de los ataques de los grandes poderes, de los atropellos de la banca, de los abusos de los que controlan los suministros esenciales. Más bien está de su lado. Como para fiarse.


 Publicado en LNE de Las Cuencas el 14/5/2014

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