viernes, 30 de mayo de 2014

EL SISTEMA SE DEFIENDE



Pero, ¿cuál es el problema? O sea, que llama la atención e, incluso, alarma la irrupción de Podemos en la escena política pero nada se dice del dominio de PP y PSOE en sus feudos clásicos. O, lo que es lo mismo, que a pesar de los insoportables casos de corrupción, los grandes partidos continúan ganando elecciones. ¿Qué es más preocupante? Porque, a pesar de la aparatosa caída de votos, las autonomías en las que el nepotismo es ley se mantienen electoralmente estables. Vale, crecen las cuartas alternativas, pero muy lejos de las formaciones dominantes. Ni televisión, ni prensa, ni internet, ni nada; a pesar del estercolero de los ERE andaluces y de los constantes casos de corrupción destapados en Valencia y Madrid, los votantes no cambian de opinión. Y eso que, en principio, así debería ser. Porque el ambiente en la calle lo transmite. Desahucios, deudas, paro, pérdida de calidad de vida, recortes sociales... ¡y siguen ganando los mismos!, los que se preocupan por la aparición de estos ruidosos actores secundarios. Sin ir más lejos, ¿quién fue el partido más votado en Asturias? El PSOE. El mismo PSOE de tan sonoros escándalos. Marea, Niemeyer, Musel... Y, ¿qué pasa? ¿Pasa algo? Pues no. Una leve señal de alerta en forma de pérdida de votos, pero como los únicos rivales están igual o peor, pues tan contentos, sintiéndose ratificados en la tarea de gobierno.
Corremos el riesgo de que el fenómeno pasajero de Podemos esconda esta tenaz realidad: la corrupción política prácticamente sale gratis y sus consecuencias electorales no pasan de suaves advertencias. Y tampoco hay que ponerse así, tan preocupados por las excentricidades resultantes de los recientes comicios. No deberíamos olvidar que los españoles, en su momento, votamos a Ruíz Mateos y lo sentamos en el Parlamento Europeo. Eran los tiempos en que el felipismo comenzó a dar un tufo de putrefacción que tiraba para atrás. Y muchos españoles votaron al justiciero del momento, que vaya tela. Hoy, cuando se supone que el electorado está en el punto justo de ebullición para desprenderse de la chusma, como mucho da un aviso. Y verán cómo de aquí a las próximas elecciones el sistema se defiende para que los votos vuelvan al redil.

Publicado en LNE de Las Cuencas el 30/5/2014



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