Pero, ¿cuál es el problema? O sea,
que llama la atención e, incluso, alarma la irrupción de Podemos en la escena
política pero nada se dice del dominio de PP y PSOE en sus feudos clásicos. O,
lo que es lo mismo, que a pesar de los insoportables casos de corrupción, los
grandes partidos continúan ganando elecciones. ¿Qué es más preocupante? Porque,
a pesar de la aparatosa caída de votos, las autonomías en las que el nepotismo
es ley se mantienen electoralmente estables. Vale, crecen las cuartas
alternativas, pero muy lejos de las formaciones dominantes. Ni televisión, ni
prensa, ni internet, ni nada; a pesar del estercolero de los ERE andaluces y de
los constantes casos de corrupción destapados en Valencia y Madrid, los
votantes no cambian de opinión. Y eso que, en principio, así debería ser. Porque
el ambiente en la calle lo transmite. Desahucios, deudas, paro, pérdida de
calidad de vida, recortes sociales... ¡y siguen ganando los mismos!, los que se
preocupan por la aparición de estos ruidosos actores secundarios. Sin ir más
lejos, ¿quién fue el partido más votado en Asturias? El PSOE. El mismo PSOE de
tan sonoros escándalos. Marea, Niemeyer, Musel... Y, ¿qué pasa? ¿Pasa algo?
Pues no. Una leve señal de alerta en forma de pérdida de votos, pero como los
únicos rivales están igual o peor, pues tan contentos, sintiéndose ratificados
en la tarea de gobierno.
Corremos el riesgo de que el fenómeno
pasajero de Podemos esconda esta tenaz realidad: la corrupción política
prácticamente sale gratis y sus consecuencias electorales no pasan de suaves
advertencias. Y tampoco hay que ponerse así, tan preocupados por las
excentricidades resultantes de los recientes comicios. No deberíamos olvidar
que los españoles, en su momento, votamos a Ruíz Mateos y lo sentamos en el
Parlamento Europeo. Eran los tiempos en que el felipismo comenzó a dar un tufo
de putrefacción que tiraba para atrás. Y muchos españoles votaron al justiciero
del momento, que vaya tela. Hoy, cuando se supone que el electorado está en el
punto justo de ebullición para desprenderse de la chusma, como mucho da un
aviso. Y verán cómo de aquí a las próximas elecciones el sistema se defiende
para que los votos vuelvan al redil.
Publicado en LNE de Las Cuencas el 30/5/2014
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