miércoles, 27 de noviembre de 2019

Y UNO DE UTRERA



Conforme se aproximaba la hora del concierto de Víctor Manuel, la campa de Cenera iba llenándose. En estas, apareció por nuestra zona un tipo con un colocón de cuidado, pidiendo auxilio, en un perfecto acento sevillano, para escanciar la botella de sidra que llevaba en la mano.
Y lo que fue un encuentro casual acabó convirtiéndose en una experiencia graciosa y emocionante. Él venía de Utrera sólo para ver a su ídolo, Víctor Manuel, al que lleva siguiendo por toda España desde hace cuarenta años. El problema fue que antes de encaminarse hacia Cenera hizo un alto en Requejo y la circulación de sidra acabó afectándole. De ahí los vaivenes y traspiés.
El caso es que Milio, al que no se pone nada por delante, con ese corazón que le caracteriza, dijo. “¿Y por qué esti paisano, que vien de lejísimos sólo pa ver a Vitor, va marcha sin conocelo? Esto no pue ser”. Y Milio se puso en movimiento. Y metió en danza al alcalde. Y a Mael.
Cuando, avanzado el concierto, desde el escenario Víctor Manuel tuvo palabras de agradecimiento a “los que vinieron de Utrera”, pensamos que a aquel hombre le daba un patatús. Y de la emoción se puso a celebrarlo como si hubiera marcado el gol que te da la Copa de Europa. Y cantó todo lo cantable. Y gritó. Y se trompicó infinitas veces sin llegar a caer ninguna. Las palabras del ídolo lo mantenían como en flotación.
Y el concierto concluyó. Milio agarró del brazo al utrerano y se lo llevó. El pobre hombre miraba hacia atrás como buscando explicación al secuestro.
Una valla y unos vigilantes más allá, Paco, el hombre venido de Utrera, cuarenta años después, conoció al Víctor Manuel. Y habló con él. Y se abrazó a él. Y lloró como sólo llora un utrerano al que le sale la sidra por los poros.
El camino oscuro hacia El Llerón para tomar el autobús de vuelta a Mieres fue de esos momentos que a uno le alegran la vida. Paco, el utrerano, no podía ser más feliz. Acababa de estar cara a cara con Víctor Manuel.
“Milio, sólo hay uno tan grande como él: Bruce Springsteen”-exclamó. Y Milio respondíó: “Dame unos días, que lo arreglo”.  

LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS 15/11/2019

viernes, 22 de noviembre de 2019

EN CONTRA



Cuando comienzo a escribir estas líneas los colegios electorales acaban de cerrar. Un día gris, lluvioso y desapacible nos acompañó en esta nada festiva “fiesta de la democracia”. Me apodera una sensación de desilusión. Y es que, de un tiempo a esta parte, y con especial intensidad en esta ocasión, vamos a votar “en contra de”. Hay que parar a los fascistas, hay que echar a Sánchez, hay que cortar el paso a la ultraderecha, hay que impedir que gobiernen los que quieren romper España, hay que castigar a la derecha corrupta, hay que castigar a la izquierda corrupta, los amigos de los separatistas son nuestros enemigos, contra los rojos, contra los fachas…
Es muy triste que el acto de votar se haya convertido en una expresión negativa, en la manifestación de que estamos en contra de unos y no a favor de otros. Es la resultante de que, en mi opinión, cada vez nos sentimos menos representados, pues nuestra forma de entender la vida no encaja en el ideario y proceder de ningún partido político. Entonces renuncias a buscar afectos y tomas las decisiones en función del enemigo a batir.
Y esta es otra: ya no se habla de rivales o adversarios; ahora son enemigos, como en las guerras. Qué desagradable. Qué peligroso. 
La mediocridad de la clase política española y su incapacidad para elaborar un discurso fundamentado y con sentido de estado, se está sustituyendo por el mensaje del miedo y la negatividad: vótenme para que no vengan aquéllos. 
Es una pena que nuestra democracia haya degenerado así. Depositar las papeletas en las urnas debería conservar su significado constructivo, “lo que quiero para mi país”, en vez de tomarlo como un acto de oposición. 
Por último, haber sustituido las grandes mayorías por bandos enfrentados no nos ayudará a avanzar. Es todo lo contrario a utilizar la inteligencia para mejorar nuestra vida en común. 
Los vientos que llegan desde el exterior anuncian tiempos difíciles. Pero los españoles, encabezados por sus representantes políticos, parecemos determinados a complicarlos aún más.

LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS 14/11/2019

jueves, 21 de noviembre de 2019

VEINTE AÑOS




El reportaje sobre lo que están haciendo los suecos con la sostenibilidad energética y el tratamiento de los residuos deja bien a las claras que vivimos en planetas diferentes. En Suecia llevan veinte años bonificando a los ciudadanos que reciclan, promocionando la energía solar, aprovechando el agua de lluvia, impulsando el transporte público, el vehículo compartido, las bicicletas, la propulsión eléctrica, la obtención de calor con los residuos generados. Nosotros aún vamos por los contenedores de colores que, digamos, es como el parvulario de la materia. Ellos, los ricos que viven en el frío, pedalean, evitan ensuciar, exprimen hasta la última gota, caminan, comparten y sacan todo el partido posible a aquello que pueda convertirse en vatios. Nosotros, los pobres del sur, nos desplazamos en coche –cada uno en el suyo-, lo tiramos todo, vivimos bajo un sol del que no obtenemos ni una centésima parte de lo que podría darnos, desperdiciamos el agua como si nos sobrase, ensuciamos sin pensar en el coste de la limpieza y, en resumen, vivimos como si los ricos fuéramos nosotros.
De verdad que no es fácil entender que pertenezcamos a la misma especie, y duele aceptar que dos mil kilómetros de distancia puedan separar tanto. Como sociedad no evolucionamos a la misma velocidad, claramente. Hay cositas que aquí nos llevan más tiempo. Y lo del respeto al planeta que nos acoge nos está costando. Un papel al suelo, una botella de plástico en la bolsa de basura orgánica, un recorrido en coche para ir a la esquina, una caldera de gasoil para calentar lo que podría hacer una placa solar, gestos cotidianos a los que no damos importancia son los que nos separan de esa gente del norte que entendió que menos es más, que antes de desprenderse de algo debe ser aprovechado al máximo, que la eficiencia que redunda en el beneficio común pasa por la concienciación de cada uno, que la ecología y la sostenibilidad son básicas para mantenernos con vida.
Hoy, los suecos nos llevan veinte años de adelanto. Lo malo es que, de seguir así, dentro de otros veinte nos llevarán cuarenta.

LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS 10/11/2019

jueves, 14 de noviembre de 2019

NO SOMOS NADA



Y es que en treinta segundos pasas de la normalidad a encontrarte fatal. Ahí estaba, tomando notas de la conferencia, cuando sentí un leve escalofrío que, de inmediato, se repitió con mayor violencia. Y el estómago, de repente, entró en marejada. Y venga a sudar en frío. “Ay madre, que me voy en estéreo, por el altavoz y por el subwoofer”. Recogí como pude y salí del local a la carrera. Llovía fuerte y el refugio casero parecía más lejos que nunca. Llegué lo que se dice por los pelos y liberé aparatosamente la tormenta interna y, para moderar la temblequera, una manzanilla calentita. La primera. Y a la cama de cabeza. Como hacen los gatos, que permanecen quietos y acurrucados hasta que cede el jamacuco. 
Así, tapado hasta las orejas, analicé mi estado. Lo estomacal parece sofocado. Frío considerable. Sin fiebre. Me molesta la rodilla derecha que casi siempre molesta, a días más, a días menos. En consecuencia, al pisar de mala manera, se resiente el gemelo de esa pierna, que amenaza con acalambrarse. Me duele el hombro izquierdo. El derecho, también. El cuello cruje. El cuero cabelludo me pica. Y los oídos me zumban. Pero estoy bien en comparación con mi estado media hora atrás. El paciente, a pesar de estar hecho una mierda, evoluciona favorablemente. Y es que no somos nada. En un instante cambia el aire y el tenderete se te viene abajo. Menos mal que tengo quien me cuide. Mi madre, en solidaridad, se ha encamado a esperar su brote diarréico. Si el niño se va por la pata, la madre no será menos. Por su parte, Cris me propina una manzanilla tras otra. Si se trata de calmar la barriga, la mía ha de estar anestesiada. Pero la vejiga, como la bolsa del edredón.
Ya me encuentro mejor. Desconozco por qué pasó lo que pasó y me puse como me puse, esto es, malísimo. Porque no somos nada. O casi nada. Y no hace falta mucho para que la vida te lo recuerde.

LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS 5/11/2019

miércoles, 13 de noviembre de 2019

DOSCIENTOS MIL



Que la dramática actualidad de la desnortada Cataluña no nos desvíe de lo nuestro, por favor: en Asturias hay doscientas mil personas en situación de pobreza. Es una cifra que sobrecoge. Más o menos, un quinto de la ciudadanía. Que en esta tierra, con fama de luchadora, reivindicativa y solidaria, soportemos esta injusticia debería hacernos reflexionar. Es una cantidad que me parece abrumadora, casi la población de Oviedo. Pobres. ¿Dónde está la Asturias social e, históricamente, socialista? ¿Cómo una comunidad pequeña ha consentido semejante degradación? ¿A qué estamos esperando para revertir esta situación? ¿A que nos ayuden desde fuera, a que venga el dinero de Madrid, a que alguien que no seamos nosotros haga algo? ¿Para esto queremos ser autónomos, para no hacer prácticamente nada por nosotros mismos?
Una de dos: o los asturianos no tienen las riendas de su tierra o, teniéndolas, no saben conducirla. Estamos asentados en la parte privilegiada y generosa de la Tierra y, a pesar de ello, somos incapaces de hacer llegar estas bondades a toda la población. Una población, por cierto, cada vez menor. Es un ejemplo clarísimo de inoperancia. ¿Qué sentido tiene el despliegue institucional y administrativo, cargado y recargado de puestos, con sus consiguientes funciones -muchas aún por averiguar- si condenamos a la pobreza a doscientos mil de los nuestros?
Bien parece que nos hemos olvidado de lo principal, de proporcionar a los pocos que aún quedamos aquí una base suficiente para vivir dignamente. Y, de ahí, hacia arriba. Esa tarea, esencial en una sociedad justa, está lejos de haberse conseguido. Muy lejos. 
Que el vandalismo de los niñatos criados a los pechos de la cínica burguesía catalana no nos aparte de nuestros problemas. Son, según el último recuento, doscientas mil urgencias sin atender, doscientas mil vidas que no merecen esto, doscientas mil injusticias que no podemos obviar. Esa Asturias luchadora, reivindicativa y solidaria de la que hablan se convierte en una insoportable mentira desde el momento en que se resigna a convivir con la pobreza, abandonando a una parte de los suyos, doscientos mil, a su suerte.

LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS 21/10/2019

martes, 12 de noviembre de 2019

PREVISIBLE





Lo que no puede ser, porque es sencillamente increíble, es que hoy nos sorprendamos de que miles de jóvenes catalanes estén dispuestos a llevar el conflicto hasta donde sea con tal de conquistar la independencia de su tierra. Desde hace cuarenta años, el Estado español ha ido dejando en manos del nacionalismo el control sobre materias fundamentales para cualquier sociedad. Y, entre ellas, la educación. Hoy los hay que se quedan boquiabiertos al enterarse de que ya tenemos en circulación una generación completa de catalanes crecida mentalmente bajo la tutela nacionalista. Y, conociendo cómo se las gasta el nacionalismo, cuyos propósitos son siempre los mismos en cualquier lugar y tiempo, pasó lo que tenía que pasar: hay miles de chicos convencidos de que España es un Estado invasor, opresor y antidemocrático. Pero esto era algo previsible dado el pelaje de los receptores de esas competencias, que vieron en la actitud española la oportunidad perfecta para, por fin, poner en marcha un proyecto que pasa necesariamente por la construcción de una base social con una inquebrantable voluntad de independencia.
Son muchos años de metódica selección del personal docente, de control sobre lo que se dice en las aulas y de perfeccionamiento de un mensaje que flota constantemente sobre las cabezas de los estudiantes. Y son otros tantos años de advertencias acerca del error cometido por el Estado. Pero, claro, como la estabilidad política nacional se hizo depender de las fuerzas nacionalistas, y puesto que los intereses políticos siempre se imponen al sentido común y al interés general, hoy nos vemos así. Y no sólo en Cataluña. 
Tiene bemoles que eso de “la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles” del artículo 2 de la Constitución no se enseñe en las escuelas. Al contrario, el esfuerzo educativo se ha volcado en la exaltación de las diferencias, hasta el punto que todo aquello que hable de unidad e igualdad de los españoles suena a rancio, antiguo y escasamente democrático, cuando, en verdad, éstas son las características típicas de la ideología nacionalista.

LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS 20/10/2019



lunes, 11 de noviembre de 2019

ADIÓS EUROPA




Es oficial y no tiene vuelta atrás: la tertulia del contenedor acaba de echar la solicitud para unirse al brexit británico y así mandar a hacer puñetas a esta Europa de panolis. La gota que ha colmado el vaso tuvo lugar la pasada noche del martes, cuando el premio megagordo de los Euromillones, 190 kilos de pasta de la buena, fue a caer en el bolsillo de un ciudadano inglés. Indignante. O sea, que los british dicen que se largan y el resto de Europa los recompensa haciéndolos archirricos. Hasta aquí hemos llegado.
Los miembros de la tertulia llevábamos meses cebando ese suculento bote de millones, lo alimentamos semana tras semana mientras hacíamos unos planes que iban creciendo conforme el bote engordaba, soñando con la razonable posibilidad de que algún día nuestro esfuerzo se vería recompensado. Y tururú. De ahí el cabreo y la firme decisión de que esta es la última vez que nos toman el pelo.
Ya hemos exigido que las imágenes del sorteo sean revisadas por el VAR que se utiliza en la Champions League. Pero como somos conscientes de que hay pocas posibilidades de repetición, al mismo tiempo enviamos una carta a Boris Johnson en la que declaramos la anexión de la tertulia del contenedor al brexit. Adiós Europa; ya estuvo bien de hacer el canelo. 
Vamos, que me imagino las carcajadas de ese inglés al que acabamos de enterrar en millones de euros y se me pone un cuerpo que mejor no lo explico. Como cuando el gordo de la lotería nacional toca en Cataluña, y, para más coña, a una peña independentista. No se puede ser más pringaos.
Tenemos al pobre vocal delegado de sorteos y apuestas metido en la cama con un disgusto enorme. El de asuntos exteriores acaba de prenderle fuego al pasaporte. Como veamos una bandera azul con estrellitas se puede liar parda, porque los ánimos están muy alterados. Y el que saque el temita en plan de guasa tiene bastantes papeletas para acabar dentro del contenedor. Avisados quedan. 

LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS 12/10/2019