miércoles, 13 de noviembre de 2019

DOSCIENTOS MIL



Que la dramática actualidad de la desnortada Cataluña no nos desvíe de lo nuestro, por favor: en Asturias hay doscientas mil personas en situación de pobreza. Es una cifra que sobrecoge. Más o menos, un quinto de la ciudadanía. Que en esta tierra, con fama de luchadora, reivindicativa y solidaria, soportemos esta injusticia debería hacernos reflexionar. Es una cantidad que me parece abrumadora, casi la población de Oviedo. Pobres. ¿Dónde está la Asturias social e, históricamente, socialista? ¿Cómo una comunidad pequeña ha consentido semejante degradación? ¿A qué estamos esperando para revertir esta situación? ¿A que nos ayuden desde fuera, a que venga el dinero de Madrid, a que alguien que no seamos nosotros haga algo? ¿Para esto queremos ser autónomos, para no hacer prácticamente nada por nosotros mismos?
Una de dos: o los asturianos no tienen las riendas de su tierra o, teniéndolas, no saben conducirla. Estamos asentados en la parte privilegiada y generosa de la Tierra y, a pesar de ello, somos incapaces de hacer llegar estas bondades a toda la población. Una población, por cierto, cada vez menor. Es un ejemplo clarísimo de inoperancia. ¿Qué sentido tiene el despliegue institucional y administrativo, cargado y recargado de puestos, con sus consiguientes funciones -muchas aún por averiguar- si condenamos a la pobreza a doscientos mil de los nuestros?
Bien parece que nos hemos olvidado de lo principal, de proporcionar a los pocos que aún quedamos aquí una base suficiente para vivir dignamente. Y, de ahí, hacia arriba. Esa tarea, esencial en una sociedad justa, está lejos de haberse conseguido. Muy lejos. 
Que el vandalismo de los niñatos criados a los pechos de la cínica burguesía catalana no nos aparte de nuestros problemas. Son, según el último recuento, doscientas mil urgencias sin atender, doscientas mil vidas que no merecen esto, doscientas mil injusticias que no podemos obviar. Esa Asturias luchadora, reivindicativa y solidaria de la que hablan se convierte en una insoportable mentira desde el momento en que se resigna a convivir con la pobreza, abandonando a una parte de los suyos, doscientos mil, a su suerte.

LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS 21/10/2019

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