martes, 12 de noviembre de 2019

PREVISIBLE





Lo que no puede ser, porque es sencillamente increíble, es que hoy nos sorprendamos de que miles de jóvenes catalanes estén dispuestos a llevar el conflicto hasta donde sea con tal de conquistar la independencia de su tierra. Desde hace cuarenta años, el Estado español ha ido dejando en manos del nacionalismo el control sobre materias fundamentales para cualquier sociedad. Y, entre ellas, la educación. Hoy los hay que se quedan boquiabiertos al enterarse de que ya tenemos en circulación una generación completa de catalanes crecida mentalmente bajo la tutela nacionalista. Y, conociendo cómo se las gasta el nacionalismo, cuyos propósitos son siempre los mismos en cualquier lugar y tiempo, pasó lo que tenía que pasar: hay miles de chicos convencidos de que España es un Estado invasor, opresor y antidemocrático. Pero esto era algo previsible dado el pelaje de los receptores de esas competencias, que vieron en la actitud española la oportunidad perfecta para, por fin, poner en marcha un proyecto que pasa necesariamente por la construcción de una base social con una inquebrantable voluntad de independencia.
Son muchos años de metódica selección del personal docente, de control sobre lo que se dice en las aulas y de perfeccionamiento de un mensaje que flota constantemente sobre las cabezas de los estudiantes. Y son otros tantos años de advertencias acerca del error cometido por el Estado. Pero, claro, como la estabilidad política nacional se hizo depender de las fuerzas nacionalistas, y puesto que los intereses políticos siempre se imponen al sentido común y al interés general, hoy nos vemos así. Y no sólo en Cataluña. 
Tiene bemoles que eso de “la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles” del artículo 2 de la Constitución no se enseñe en las escuelas. Al contrario, el esfuerzo educativo se ha volcado en la exaltación de las diferencias, hasta el punto que todo aquello que hable de unidad e igualdad de los españoles suena a rancio, antiguo y escasamente democrático, cuando, en verdad, éstas son las características típicas de la ideología nacionalista.

LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS 20/10/2019



No hay comentarios:

Publicar un comentario