miércoles, 25 de marzo de 2015

DESCONOCIMIENTO



No se a ustedes pero, en mi caso, el paso de los años está sirviendo para desmontar casi todas las certezas adquiridas. Por ejemplo, hasta ahora tuve entendido que el conocimiento era la base del progreso y el éxito personales. Hoy, aproximándome con paso decidido al medio siglo de vida, me doy cuenta de que estaba equivocado pues, precisamente, la clave del éxito estriba en la ignorancia.
Los beneficiarios de las tarjetas opacas de Cajamadrid no sabían que su utilización para la adquisición de bienes y servicios particulares, además de ser algo poco correcto desde el plano moral, tenía que haber sido sometido al tratamiento fiscal correspondiente. Y eso lo manifiestan unos tipos que ocuparon cargos importantísimos, desde la dirección del FMI hasta el número dos de Hacienda, pasando por cátedras de materia económica, mandamases de grandes empresas y relevantes representantes sindicales. Y, mira tú qué cosas, todos ellos vienen a coincidir en el desconocimiento de la legalidad. Uy, yo qué sabía. Tiré de tarjeta para comprarme un cochazo, pero cómo iba a suponer que eso no era gratis total. Como la lencería. Y las copas en el puticlub. Y los vaciados de los cajeros automáticos. ¿Había que declarar eso? Pues ni la menor idea.
Lo mismo que ahora se va sabiendo del marronazo del Banco de Madrid. Los que tomaban las decisiones eran eminencias en las materias económicas y tributarias. Sin embargo, ninguno vio nada extraño en los movimientos de ingentes cantidades de dinero, de la capital a Andorra y, desde ahí, a los paraísos. Ah, ¿pero eso no es legal? Pues oiga, ni idea.
De un tiempo acá, cada poquito aparecen informaciones sobre la sospechosas relaciones profesionales y mercantiles de unos cuantos ministros, a los que les brotan intereses y negocios muy próximos al ramo de sus carteras. Y vienen los contratos, las adjudicaciones, las concesiones...¿Que podrían ser ilegales? Qué  me dice usted, que me quedo de piedra.
¿Se dan cuenta de que en Asturias nadie sabía nada sobre desvíos de fondos, colocación digital de familiares, subvenciones arbitrariamente concedidas y enriquecimientos ilícitos? Y todos esos que tanto ignoraban eran y son los titulares de los cargos de máxima responsabilidad. ¿Su mérito? Pues precisamente el desconocimiento. Hala, y mientras tanto, tú rompiéndote los cuernos estudiando. Si es que...

Publicado en La Nueva España de Las Cuencas el 25/3/2015

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