martes, 13 de enero de 2015

DE GRIPES



Pues menudo panorama. La parroquia, al completo, griposa de solemnidad, y con todos los sacramentos. Ojos llorosos, narices atascadas y pingonas, gargantas roncas, cuando no mudas. Vaya plan. Y buena parte de ello debido a la impropia estabilidad climática de estos días, de cielo raso castellano y frío polar. Con la atmósfera así de quieta los virus corren que se matan, de cuerpo en cuerpo, campando a sus anchas, ocasionando estragos y gastando los “griposos” funcionariales, que les iría mejor llamarse “mocosos”. Para que luego nos quejemos de la lluvia, que es una bendición del cielo que se lleva río abajo tanta basura ambiental. Yo arrastro una tos que no veo manera de quitarme de encima; Cris estuvo totalmente afónica, si bien se notó bien poco; mi madre con una congestión de aquí te espero y mi padre, en ello, además de lo suyo; y la mayor parte de la pandilla, de baja. Vamos, que estamos como queremos, que arrancamos el año como un coche viejo que petardea y anda a tirones. Qué pena de inicio, de verdad.  Y qué manera de echar de menos la lluvia. Vale, que entonces se nos mete dentro la humedad, duelen los huesos y rechinan las bisagras, pero es más lo nuestro, lo de siempre, a lo que estamos acostumbrados. Además, eso no se contagia, al contrario de estos gripazos tan aparatosos. Y es que la falta de hábito motiva que nadie tome medidas que eviten la transmisión de los virus. Los japoneses, que viven sumergidos en la humareda de sus fábricas, al menor síntoma de catarro se cubren con una mascarilla. Nosotros no. Es más, muy malos tenemos que estar para no salir a la calle a toser y estornudar en todas direcciones, y cuanto más cerca del prójimo, mejor. Esta tos asquerosa que permanece anclada en el gaznate me fue regalada en el teatro Campoamor, ese sitio tan fino al que la gente va a expectorar con ocasión de las funciones operísticas. En esta última representación hubo un volumen más alto en el patio de butacas que en el escenario. Porque hay que tener una voz tremenda para imponerse a un auditorio tosiente. Y no fue el caso. 


Publicado LNE de Las Cuencas 10/01/2015

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