miércoles, 1 de febrero de 2012

A LA CÁRCEL (3)

Los islandeses nos enseñan el camino. Estaban quebrados, en la ruina y ha sido encarcelar a unos cuantos políticos y banqueros y remontar su economía con un garbo impresionante. De hecho, para este año tienen una previsión de crecimiento formidable, cuando nuestras expectativas son menguantes. Y es que, en ocasiones, la solución está ante los ojos y, de puro evidente, la desechamos. España necesita procesar, condenar y enchironar a unos cuantos de sus más renombrados banqueros y políticos. Y no será por falta de candidatos. Hace unos días se hizo pública la excelsa jubilación de otro alto ejecutivo del Banco Santander. Más de 50 millones de euros se lleva el angelito para endulzar el retiro. Una propina la mar de generosa, habida cuenta de que las instituciones europeas alertan de que las entidades de crédito españolas están bastante caninas y precisan más refuerzo con dinero público. Y qué decir de las bonificaciones que se regalan los manirrotos directivos de varias cajas de ahorro, que han dejado sus arcas como agujeros negros. Por no hablar de los responsables públicos conocedores de este tipo de prácticas, contra las que nada hicieron. No me digan que no salen aspirantes a la cárcel. Porque, además, no cabe interpretar que esta gentuza actúe sin intención de causar daños. Les da igual que el país esté empufado hasta las orejas, que su gestión haya sido calamitosa, que sus empresas zozobren. Con una mano saquean la caja y con la otra le piden dinero al Estado.
Y los españoles asistimos indignados pero pasivos a este atraco continuado. Es evidente que nos falta carácter. Los de arriba no nos temen, saben que somos mansos, dóciles y, aunque de vez en cuando pongamos gesto de enfado, de ahí no pasamos. Otras naciones, consideradas tan civilizadas como la nuestra, ya se han llevado por delante a sus mandamases, incluidos reyes y grandes usureros. Sin embargo, los poderosos españoles han vivido siempre sin miedo al pueblo. Todos ellos han muerto plácidamente en la cama. Los españoles, a lo sumo, la emprendemos a mandobles entre nosotros, pobres contra pobres.
Hoy, aunque apetezca, no es plan de darle garrote a los saqueadores. Pero, de ahí, a no tocarles ni un pelo...

Publicado LNE 26/01/2012

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