miércoles, 25 de enero de 2012

A LA CÁRCEL (2)

Mientras el Madrid y el Barça disputaban el enésimo partido del siglo, que evité seguir pues me ya barruntaba lo que finalmente sucedió, en otro canal emitían un documental sobre el despilfarro en España, repasando los mayores disparates cometidos por nuestras diversas administraciones. Considero que son cosas que hay que ver de vez en cuando, aunque conlleve un mayúsculo cabreo. ¿Sabían ustedes que en este país tenemos tantos aeropuertos como en Francia y Alemania juntos? El problema es que casi todos son ruinosos. Castellón, Burgos, León, Ciudad Real, Huesca... Lugares a los que no llegan prácticamente aviones. Carísimas inversiones realizadas por el puro capricho del mandamás de turno. Así como en Castilla hay pueblos diminutos con iglesias del tamaño de catedrales, pues en su época, alguno de sus ilustres hijos acabó siendo cardenal y se propuso que tal logro fuera recordado por siempre, buena parte de la obra pública realizada durante estos años carecía del menor sentido práctico o económico. Si el vecino tiene aeropuerto, yo exijo otro. Y un par de universidades, para no ser menos. Y una autovía, aunque vaya a ninguna parte. Y alta velocidad. Y, por supuesto, un gigantesco auditorio que lleve mi nombre, amén de polideportivos a tutiplén, esculturas en cada esquina y todo lo que se me vaya ocurriendo. La chifladura del asunto está en que, además de pedirse, fue concedido y ejecutado. Una insensatez colectiva. O una maravillosa fórmula para hacerse multimillonario. Porque cuesta aceptar que haya tantísimo imbécil ocupando los órganos de decisión. Que hubiera algún alcalde con aires de grandeza, con la pretensión de convertir su villorrio estepario en el nuevo Montecarlo, pase. Pero que los que tenía por encima, los que debían autorizar las inversiones, fueran tan tontos como él, no me lo trago. En todo este desmadre ha habido reparto de dinero a mansalva, a diestra y a siniestra.
En consecuencia, el sistema debería agarrar por la pechera al besugo que comprometió la financiación del aeropuerto de Castellón, darle de leches y meterlo en el trullo de cabeza. Y al de la ciudad de la cultura de Santiago. Y al del AVE de Toledo a Cuenca. Y a tantos que nos han hecho tantísimo daño.


Publicado LNE 25/01/2012

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