miércoles, 28 de septiembre de 2011

MEJORANA

Dedicamos el paseo de vuelta a recolectar mejorana, que crece en los bordes del camino y que bien repartida, impregna toda la casa de un agradable olor. Nada que ver con esos ambientadores con los que pretendemos enmascarar lo que hay con el aroma de lo que desearíamos que hubiera. Al fondo, la silueta de los montes que delimitan Asturias se dibuja al contraluz. Sobre ellos asoman trazas de nubes. Aquí hemos disfrutado de una jornada de pleno verano, despejado y seco, aunque refrigerado gracias a una suave brisa de nordeste. Allá, me temo, ha sido otro día típicamente asturiano, de esos en los que resulta imposible insolarse.
Valentín ocupa una de las sillas del jardín. Duerme panza arriba, estirado a la larga. Es tal la profundidad de su sueño que nuestra llegada no hace que abra los ojos. Por culpa de una gatita pizpireta, pasa las noches en vela, metido en broncas con los demás pretendientes. La competencia es dura. El ojo a la virulé terminó sanando. Aún quedan huellas del mordisco en la oreja. El día lo dedica a recuperarse de los excesos nocturnos, que son muchos.
Esta temporada mis obligaciones han cambiado. Cada mañana debo comprobar que los cuencos de comida de los felinos – y del erizo que tenemos de ocupa- no estén vacíos y proveer a la familia de una contundente y aromática fabiola y de la prensa del día.
En cuanto al tema alimentario, siempre importante, cada vez estoy más convencido de que con una dieta exclusiva de jamón ibérico, gambas a la gabardina y cerveza se puede sobrevivir perfectamente. Desconozco si la expectativa de vida se resentiría, pero valdría la pena.
Y aún me sobra tiempo para escribir chorradas. Y esta vez no tengo la excusa de las prisas. Es el simple placer de pensarlas y escribirlas.
Al olor de las gambas, Valentín sale de su catatonia y maúlla reclamando su ración.  Nadie tiene valor para negarle una gamba al jefe de la casa.
Me refugio en la habitación del gallinero y enciendo el ordenador. Cierro los ojos en búsqueda de inspiración, que me llega envuelta en la fragancia de la mejorana.


Publicado LNE 14/08/2011

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