lunes, 18 de febrero de 2019

MEDIOCRIDAD




Hay cosas que forman parte del ADN y que no se pueden cambiar así como así. López Otín, uno de nuestros científicos más importantes, está padeciendo lo que antes que él sufrieron todos los españoles que han destacado positivamente en cualquier actividad: la envidia. Es una característica descrita en nuestra literatura casi desde el nacimiento de esta sociedad. La destrucción profesional y personal de los mejores individuos es una de las causas principales del ancestral atraso español, ese quiero y no puedo que nos ha mantenido siempre en la cola del pelotón. Aspiramos a ser punteros pero consentimos que la mediocridad se haga fuerte en los lugares estratégicos. Y al mediocre no hay nada que le moleste más que alguien a su lado con preparación y disposición. Es algo que le resulta insoportable. Y cuando en otras sociedades ese desagrado se convierte en estímulo, en “a mí este tipo no me va a hacer sombra, así que seré mejor que él”, en España siempre se ha traducido de modo inverso: “al que asome la cabeza, pedrada”. Y así hemos ido destruyendo vidas y reputaciones. Y por ello se nos han marchado tantos cerebros. Porque no hay quien soporte pretender la excelencia mientras a tu alrededor trabajan denodadamente para echarte abajo. Denuncia Otín que sospecha que el origen de la campaña de desprestigio que está padeciendo se encuentra aquí, al lado, seguramente unos cuantos despachos más allá. No es la competencia internacional la que le está disparando. Es fuego “amigo”, de los que a la cara sonríen y por la espalda apuñalan. Es España en estado puro. Un tío mío contaba cómo se vio atrapado en un entorno laboral en el que nadie hacía nada salvo vigilarse unos a otros. “Nunca pasaba gran cosa, pero como un día no estuvieras en tu puesto, seguro que surgía algo”, recordaba. Otín no es como los demás, no forma parte de la masa mediocre que lleva siglos entorpeciendo el desarrollo de este país. Y ese es su pecado. De hecho, tenemos un purgatorio repleto de eminencias. 

LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS 31/1/2019

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