jueves, 7 de septiembre de 2017

MAL DE MUCHOS



Mal de muchos… Pero no le voy a mentir, algo de consuelo sí que aporta. “Manolín” Macron, el joven presidente francés, tan perfecto, impecable e impoluto, el freno a la derecha xenófoba, el representante de la moderación del siglo XXI, se ha ventilado, en sólo tres meses, la friolera de 26000 euros en gastos de maquillaje. Para que luego digan de las ostentosas y carísimas monarquías. Qué vergüenza: un presidente treintañero que ya va pintado como una puerta. Tanto o más que su señora esposa. El precio de la lozanía. 26000 al trimestre. ¡Vive la modération! Ya podía aprender de Ángela Merkel, que, indudablemente, se corta el pelo a sí misma. Y si no es así, procedería exigir su dimisión por ponerse en manos del peor peluquero de Alemania. Supongo que en España ya habrá alguien buscando las facturas del tinte capilar de Rajoy. Y como las haya cargado a los gastos de representación, comisión de investigación al canto. Y de poco le servirá alegar que lo gastado en la cabeza ahorrado en la barba. Mariano, naniano, si los franceses se lo consienten a Manolín, es su problema. Aquí, la Sexta va a estar programando especiales informativos hasta que no te queden ganas ni del Grecian 2000. Y el Rey, bueno, que se ande con ojito. No tener un solo pelo descolocado ha de costar un potosí. 
Cuando la estupidez, la necedad y la mezquindad se extienden por mi país como una mancha de aceite uno acaba encontrando cierto alivio en los dislates extranjeros. Al final, no somos tan distintos. Principalmente, diferimos en el modo de asimilar los escándalos. Ahí, los españoles, por capacidad de alboroto, insistencia sobre lo menudo y olvido de lo grueso e inutilidad de los resultados, somos líderes mundiales. Si lo seremos que hasta nos permitimos criticar al resto del planeta. Lo nuestro se nos acaba quedando pequeño. Y dirá usted “el mundo en un ay por culpa del gordinflas norcoreano, España infestada de carcoma yihadista, la chifladura independentista conduciéndonos a todos al desastre y este memo hablando del maquillaje de Macron”. Pues sí, lo reconozco, pero es que lo serio se ha vuelto tan disparatado y fuera de quicio que necesito refugios más sosegados.  

LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS 31/8/2017

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