lunes, 2 de marzo de 2015

UN POCO DE REPASO




Bueno, he ido aplazando este delicado asunto pero creo que no debo demorarlo más. Ha llegado el momento de darle un repasillo al código de la circulación, porque se nos está olvidando. A ver, los intermitentes no forman parte del equipamiento opcional del coche y son de gran utilidad para el resto de conductores. Ya, tú ya sabes adónde vas, pero ten presente que el sentido de este ingenioso mecanismo es informar a los demás de sus intenciones. Y con la debida anticipación. Así se evitan frenazos, sustos y golpes. Tú prueba a usarlos y verás qué bien. Otra cosa: hemos de recuperar el hábito de respetar los pasos de cebra y permitir que los viandantes crucen la calle. Y no, eso de mirar hacia otro lado, como que no te diste cuenta de que hay peatones queriendo cruzar, no cuela. Es curioso que, si bien está demostrado que los hombres somos muchísimo más imprudentes al volante que las féminas, según mi experiencia personal, son precisamente ellas las que menos se detienen en los pasos de cebra. Y siguen su camino con la mirada perdida Dios sabe dónde, fingiendo no haber visto a nadie. Sabemos que nos has visto, pero como que te fastidia tener que levantar el pie del acelerador, pisar el freno y permitirnos cambiar de acera. Y si tienes coche nuevo, de esos que vienen con luces diurnas incorporadas, deberías saber que el término diurno se refiere al día y que, al atardecer, al caer la luz del sol, has de encender los faros de toda la vida. Por tu bien y el de los demás. No se trata sólo de si tú ves más o menos; que te veamos nosotros es lo que debería importarte. Y deja el móvil, por lo que más quieras, que te vas a tragar una farola o, peor, vas a sentar a alguien en el capó. Porque seguro que ese guasap que acaba de pitar puede esperar respuesta. Y cede el paso, hombre, que no pasa nada por ralentizar un poco la marcha y permitir que otros conductores vayan avanzando. Y, ante la duda de “viene uno, ¿me dará tiempo o no?”, espera. No perderás más que unos pocos segundos y puedes evitarte un buen disgusto. Que vamos como locos. 

Publicado en La Nueva España de las Cuencas el 1/3/2015

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