miércoles, 12 de noviembre de 2014

LÍOS DE FALDAS



Qué cosas suceden en la vida: la monarquía ha tenido su Corina y el Montepío, su Dorina. Con razón los actuales reyes, en su postrera etapa principesca, hicieron una visita a la residencia de Felechosa. Los nexos de unión son incuestionables. Y poca diferencia hay entre una c y una d. De hecho, hubo quien manifestó que el auténtico propósito de aquel viaje fue solicitar plaza de alojamiento para el hoy monarca en la reserva.
Oigan, y que en casi todos estos follones de dineros afanados y corrupciones varias aparece una señora que suele ser la que provoca que el tinglado salte por los aires. Miren si no al clan de los pujoles: de virreyes de las tierras catalanas al actual sinvivir de jueces, policías, registros y presión mediática. Todo se destapa a raíz de la denuncia de una amante despechada que, además, dice hacer sido utilizada como mula de carga de billetazos rumbo a Andorra. Qué desfachatez y qué imprudencia. Parece mentira que los autores de estos sofisticados latrocinios caigan una y otra vez en uno de los errores más antiguos de la humanidad: el lío de faldas. Eso no trae más que problemas. Puede uno ingeniárselas para hacer desaparecer millones de euros, camelando a unos y a otros, con unos pases de manos ante las mismísimas narices de la administración  -que tiene un olfato finísimo para detectar un error de unos pocos céntimos mientras pasan a su lado montañas de dinero con destino paradisíaco-, ideando y desarrollando complicadísimos entramados societarios, y va a caerse con todo el equipo por culpa de una querida que se va del pico. Es que hay que ser tontos, de verdad. Porque no se acaban de convencer de que “la otra”, antes o después, va a querer dejar de ser “la otra” y tomar la posición de “la una”, la oficial, con la que se va a las bodas. Pero, claro, estos tipejos se ven nadando en euros y se creen los reyes del mambo. Incluso se ven más jóvenes y guapos al observarse en el espejo. Y es venirse arriba y echarse una o varias “otras” que acaban enterándose de su vida y milagros. Después, pasa lo que pasa. Rejas, embargos, banquillos... Si es que no aprenden.   

LNE de Las Cuencas 6/11/2014 

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