jueves, 5 de junio de 2014

SEAMOS PRÁCTICOS (POR UNA VEZ)



Por una vez, coincido con el PNV, que le busca el sentido práctico a la institución monárquica, esto es, que mientras que sus titulares ejerzan su labor de modo profesional y los resultados sean buenos para el conjunto del Estado, pues vale. Y si se trata esencialmente de la representación de España, cuanto más conocedores de la tarea sean quienes ostenten el cargo, mejor. Y nadie más especialista en esto de representar que un rey, que lo hace desde la cuna. Salvo que te salga un imbécil, al estilo de Fernando VII –hay que jorobarse que precisamente a este lo devolvimos al trono del que lo largaron los franceses.
Porque, por muy democrática que sea, no le veo la gracia a la figura del presidente alemán o italiano, con funciones similares a la real pero sin su imponente imagen, sobre todo, extramuros. Vale, seamos republicanos, pero a la francesa o norteamericana, pudiendo elegir directamente a un presidente con poderes ejecutivos de verdad. Porque eso de meternos en movidas de consultas populares y cambios fundamentales de la Constitución para acabar votando a un sujeto que no pinta nada me da una pereza espantosa. Para eso me quedo como estoy, que seguramente sale más barato -que pregunten a los italianos a cuánto les sale el kilo de presidente-.
Hoy escuché que sólo un 15% del Congreso de los Diputados votará en contra del proceso sucesorio. Bueno, como que el supuesto clamor a favor de la república hay que ponerlo entre paréntesis. Que, de verdad, no me parece ni bien ni mal. Es una reivindicación de lo más respetable y el que quiera ondear la bandera tricolor, que lo haga en plena libertad. Pero bueno, no tengo claro que la causa republicana se gane pintando los buzones de correos, luciendo la enseña en un edificio consistorial que nos pertenece a todos o quemando la fotografía del heredero.
La cúpula del PSOE hace un ejercicio de responsabilidad que se agradece en estos momentos, que bastante follón tenemos ya, y reprime los ímpetus republicanos para favorecer un apacible relevo de monarca. A ver si es verdad. Y, por una vez, también estoy de acuerdo con Rajoy: el que quiera república que la promueva por los cauces existentes. Y a ver qué pasa.

Publicado en LNE de Las Cuencas el 5/6/2014


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