Por una vez, coincido con el PNV, que
le busca el sentido práctico a la institución monárquica, esto es, que mientras
que sus titulares ejerzan su labor de modo profesional y los resultados sean
buenos para el conjunto del Estado, pues vale. Y si se trata esencialmente de
la representación de España, cuanto más conocedores de la tarea sean quienes
ostenten el cargo, mejor. Y nadie más especialista en esto de representar que
un rey, que lo hace desde la cuna. Salvo que te salga un imbécil, al estilo de
Fernando VII –hay que jorobarse que precisamente a este lo devolvimos al trono
del que lo largaron los franceses.
Porque, por muy democrática que sea,
no le veo la gracia a la figura del presidente alemán o italiano, con funciones
similares a la real pero sin su imponente imagen, sobre todo, extramuros. Vale,
seamos republicanos, pero a la francesa o norteamericana, pudiendo elegir
directamente a un presidente con poderes ejecutivos de verdad. Porque eso de
meternos en movidas de consultas populares y cambios fundamentales de la
Constitución para acabar votando a un sujeto que no pinta nada me da una pereza
espantosa. Para eso me quedo como estoy, que seguramente sale más barato -que
pregunten a los italianos a cuánto les sale el kilo de presidente-.
Hoy escuché que sólo un 15% del
Congreso de los Diputados votará en contra del proceso sucesorio. Bueno, como
que el supuesto clamor a favor de la república hay que ponerlo entre
paréntesis. Que, de verdad, no me parece ni bien ni mal. Es una reivindicación
de lo más respetable y el que quiera ondear la bandera tricolor, que lo haga en
plena libertad. Pero bueno, no tengo claro que la causa republicana se gane pintando
los buzones de correos, luciendo la enseña en un edificio consistorial que nos
pertenece a todos o quemando la fotografía del heredero.
La cúpula del PSOE hace un ejercicio de
responsabilidad que se agradece en estos momentos, que bastante follón tenemos
ya, y reprime los ímpetus republicanos para favorecer un apacible relevo de
monarca. A ver si es verdad. Y, por una vez, también estoy de acuerdo con
Rajoy: el que quiera república que la promueva por los cauces existentes. Y a
ver qué pasa.
Publicado en LNE de Las Cuencas el 5/6/2014
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