martes, 28 de febrero de 2012

DISLEXIA

Lo mío es de nacimiento. Me traigo un lío espantoso entre la izquierda y la derecha. En clase de baile, es marcar el profesor un paso con un pie que yo arranco con el otro.  Y como la combinación de movimientos incluya un cambio de manos, garantizado que lo haré al revés. Porque soy disléxico. De leve a moderado, pero disléxico. En algún momento de mi existencia intrauterina debí de ser zurdo, algo que terminó grabándose en la sesera y que me afecta en la vida ordinaria. Porque miren que tiene gracia, que para mis funciones habituales no necesito ponerme a pensar, salvo para acertar con la izquierda y la derecha. Lo mismo le pasa a mi padre. De pequeño creía que eso de ir sistemáticamente en la dirección opuesta a la que indicaba mi madre (el navegador gps de la época), era por una cuestión de rebeldía. Hasta que descubrimos que si, además de decir “a la izquierda” señalábamos con la mano, respondía a la perfección. O no,  pero eso ya era por tocarnos las narices.
El otro día, un tipo que sabe mogollón de psiquiatría, porque, dicen, hace años leyó un libro sobre la materia, desveló el misterio que me amohína desde mi primera juventud, eso de no saber si soy de izquierdas o de derechas. O las dos cosas a la vez. “Eso ye de la dislexia, rapacín” – aseveró con una seguridad absoluta. “Lo tuyo ye de nacimiento. Y, lo peor de todo, nun tien remedio. Date por jodido”. “¿Por qué? – pregunté sobresaltado ante semejante augurio. “Porque un puntu que de natural nun sabe pa onde ta revueltu, si ye de estos o de aquellos, tienlo chunguísimo. Pa prosperar hay que arrimarse y tener los conceptos claros. Y una vez acomodau ya se pue uno confundir tó lo que quiera”.  El razonamiento me abrió los ojos de par en par. De repente, lo entendí todo. Por qué soy así y por qué otros son asá. Esa limitación tan mía a la hora de la militancia, que ni con unos ni con otros. Es la puñetera dislexia. Ahora, teniendo al menos esto claro, voy a ver si me saco una paga. Ay, qué malito estoy.


Publicado LNE 26/02/2012

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