jueves, 23 de enero de 2020

EPIDEMIA




La tertulia del contenedor hace un llamamiento a la población: si bien es cierto que la generosidad es una virtud, el ánimo de compartir la gripe es un exceso indeseable. De hecho, nos hemos visto obligados a prohibir la asistencia a las reuniones a todos aquellos miembros que presenten síntomas, por leves que sean, de proceso gripal. Porque, siendo como somos los asturianos, incapaces de estarnos quietecitos en casa, no es de extrañar que nuestro territorio sea actualmente un concentrado de virus que campan libremente. 
En el centro de salud, rodeado de mocosos y tososos, no vi a nadie cubriéndose con una mascarilla ni utilizando los geles desinfectantes para las manos. En los bares no faltan los que se lamentan del gripazo que les afecta. En el supermercado abunda la clientela que estornuda en el mostrador de las frutas y tose sobre el pescado.
A ver, repasemos los conceptos básicos: si usted está enfermo, a no ser que sea estrictamente necesario, evite esparcir sus virus y, en consecuencia, sobre todo en los primeros días, cuando hay más probabilidades de contagio, evite el contacto con la humanidad. No es el momento de visitar a la familia, quedar a cenar con la pandilla, ir al cine y demás actividades públicas. No le va a suceder nada grave por dejar de ir al bar unos cuantos días. Y seguro que en la despensa y la nevera hay suficientes alimentos para resistir tres o cuatro días. No se preocupe: sobrevivirá.
¿Por qué no aprendemos algo de los japoneses? A la que se acatarran, mascarilla al canto y a reducir en lo posible el riesgo de contagio. Ponerse una mascarilla no es algo tan feo. La gente lleva piercings espantosos, tatuajes para llorar, unos pelos que válgame el cielo, los pantalones hechos jirones, ¿y va a darnos vergüenza la mascarilla? Vamos hombre, por favor.
La gripe vuelve cada año por Navidad, como el turrón, pero debido en buena medida a nuestra estupidez permanece y se extiende hasta Carnaval. 
A ver, usted, congestionado, mocoso, febril, con los ojos llorosos, ¿adónde va? Quédese en casa y no fastidie. 

LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS 14/1/2020

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