lunes, 7 de noviembre de 2016

UNA BUENA CARA



Qué agradable es que te traten bien, que te reciban con un buen gesto, que se dirijan a ti con cortesía y amabilidad, que se despidan con una sonrisa. Es una forma baratísima y extremadamente simple de endulzar una vida que ya de por sí puede liberar buenas dosis de amargura.
Hace unos días acudí a una oficina pública a intentar resolver un asunto personal que tenía manga por hombro por mi culpa y sólo por mi culpa, por olvido, por lo de “ya si eso lo arreglo mañana”. Ya saben que “en casa del herrero, cuchillo de palo”, y en mi negocio procuramos poner en orden los papeles ajenos pero con frecuencia nos olvidamos de los propios. El caso es que allá me dirigí, consciente de mi “pecado” y haciéndome a la idea de que, dada la tardanza, el tema ya no tuviera solución. Pero he aquí mi sorpresa, y mi alegría, al ser atendido por una funcionaria amable, comprensiva y eficaz, que de buena gana se interesó por un asunto que pudo resolver positivamente. Y todo ello, con un comportamiento cortés y agradable. Si el tema no hubiera tenido arreglo la culpa habría sido mía y solo mía. Pero, además, lo tuvo. Y salí de las dependencias oficiales con la confortable sensación de haber sido atendido como a uno le gustaría que lo atendieran siempre. Que no se trata de que te acunen, que te reciban entre vítores ni que te ofrezcan un té con pastas. No es eso. Con un poco de amabilidad es suficiente. E interés y ganas de trabajar, por supuesto. Con frecuencia me encuentro con cada uno que parece peleado con la vida, con el ceño permanentemente fruncido, un gesto avinagrado y un trato al ciudadano del todo inmerecido. Pudiendo hacernos la vida más llevadera, ¿por qué hay tanto cascante empeñado en nublar el cielo azul? ¿Que tiene problemas? ¡Como todos! ¿Acaso la sonriente funcionaria que solucionó mi trámite no los tiene? ¿Quién está libre de ellos? Pero con esa cara como de llevar prendida en el bigote una apestosa caca de chucho no desaparecen. Es más, se agrandan. Bueno, tú sabes quién eres. Y te doy las gracias. 

LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS 6/11/2016

No hay comentarios:

Publicar un comentario