miércoles, 9 de septiembre de 2015

DE CUATRO EN CUATRO



Reunidos en sesión extraordinaria tras las vacaciones, los miembros de la tertulia del contenedor hemos aprobado por abrumadora mayoría la redacción de manifiesto para exigir elecciones al menos una vez al año. Porque todo funciona mejor cuando se aproximan unas elecciones y tiende a empeorar una vez celebradas. Durante el pasado mes de agosto fuimos testigos de un notable incremento de las tareas de adecentamiento, reparación y lucido de los bienes públicos. Todos vimos obras en las localidades visitadas, mucho escobón, mucha brocha, mucha pala. Como que se notaba que a la vuelta del verano se desencadenará la carrera de las generales, previa escala en unos comicios catalanes revestidos de referéndum secesionista por mor del impulso de los que no quieren ser españoles y de la inacción del resto que, dicen algunos, es mayoría, pero que en la práctica pasa completamente desapercibido. Bueno, pues como en invierno habrá que elegir un nuevo Parlamento nacional y, en consecuencia, un Gobierno, es hora de pasar el trapo e ir poniéndolo todo bonito, para que al respetable se le vaya pasando el cabreo y llegado el frío no acuda a los colegios electorales con unas papeletas como cuchillos.
Fíjense si no en Mieres. Como no había un duro, pocas mejoras y un buen número de “peoras” tuvimos que soportar. Y así hasta noventa días antes de las elecciones municipales. De repente, volvieron a la calle las tijeras de podar, los cubos de pintura y los sacos de cemento. Mano de santo. 
Siguiendo esta aplastante lógica, si se acortasen los periodos entre votación y votación, dificultaríamos que la desesperante costumbre del gremio político de no hacer nada productivo para los administrados se apoderara de la actividad pública como sucede en la actualidad. Porque de cuatro en cuatro años hay un lapso de tiempo demasiado grande para mantener desatendidos los intereses generales y sobreatendidos los particulares, ya nos entendemos. 
A modo de ejemplo, observen lo que sucede en la Junta General del Principado: antes de que a sus señorías les diera tiempo de calentar el escaño tras los comicios autonómicos de finales de mayo, se fueron de vacaciones, a descansar, y no tienen la menor intención de volver a currar hasta octubre. Y gracias. Lo dicho: demasiado tiempo.

Publicado en LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS el 4/9/2015

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