lunes, 21 de noviembre de 2011

LA VERDAD EN LA RED

Las redes sociales de internet están evidenciando que un grupo numeroso de políticos que se presentan a las próximas elecciones son completamente idiotas. Lo sospechábamos, pero ahora, gracias a las pruebas que ellos mismos proporcionan, tenemos una absoluta seguridad.
Ya hemos sido testigos de varios casos de incontinencia verbal en los que el político, sintiéndose rodeado de fieles, admirado y ovacionado, se viene arriba, se le calienta la boca y en el momento álgido del mitin suelta una burrada tremenda que a continuación ha de ser blanqueada el resto de la semana. También nos han hecho partícipes de unos cuantos resbalones, más o menos intencionados, gracias a los micrófonos abiertos. Pero lo de las redes sociales está marcando un hito. Hay tipos tan estúpidos que creen que si desde su perfil de Facebook o Twitter teclean graves insultos a un rival, comentarios homófobos, racistas, xenófobos o bravuconadas de corte macarra en plan Harry el Sucio, nadie se va a enterar. Seguramente, a mí me pasarán desapercibidos. Y a ustedes. Pero a las maquinarias de los partidos, con lo que les gusta espiarse unas a otras, perlas así no se les escapan. Y las harán públicas de inmediato. Para eso estamos en campaña.
Los patinazos en internet ya han dado lugar a dimisiones y destituciones. A pocos días de unas elecciones generales, los que mandan algo no están dispuestos a lastrar sus expectativas y se deshacen por la vía rápida de los majaderos que andan escribiendo tonterías en internet en vez de estarse quietecitos, sin romper nada hasta que España vote.
Pero es que los hay incapaces de contenerse, que entran en un foro, leen unos cuantos comentarios y se ponen como motos. La diarrea mental que esto les provoca hace que lo primero que les pasa por la cabeza sea tecleado en el ordenador ipso facto, sin haber reposado en la sala de reflexión. Y después vienen los llantos lastimeros, que si se me fue el dedo, que yo no sabía que esto sería así, que cuando le llamé” hijoputa malparido de mierda” en realidad lo decía con cariño.
Gracias a internet los conocemos mejor, como son de verdad. Y es preocupante.

Publicado LNE 18/11/2011

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