lunes, 19 de septiembre de 2011

Agosto a la sombra

Agosto a  la sombra   




RICARDO V. MONTOTO Comparto el aperitivo con un amigo que suele veranear cerca de Llanes. Nos protegemos del sol, que cae a plomo, bajo un toldo y pasamos el rato contándonos nuestras historias. La verdad, no parece que haya estado de vacaciones en agosto, pues su color es de un cetrino subido. Y se muestra desolado. Qué tiempo tan espantoso. Cuando no estaba nublado, llovía. Así, día tras día. Me lo dice levantando la vista hacia el azul resplandeciente que hoy nos regala el cielo. Hoy, de chaqueta y corbata, de vuelta al trabajo, hace verdadero verano.

Se le desprende una lágrima al relatar el único día soleado que pudo disfrutar. Para cuando quiso reaccionar y llegó a la playa, ya no quedaba ni un metro cuadrado libre. Al final de la jornada, con la mujer, los niños y la suegra metidos en el coche, recorrieron casi 200 kilómetros buscando un hueco vacío cerca del mar. Allá a las siete de la tarde, lo mejor que encontró fue un descampado a pie de carretera llegando a Colloto. Y allí plantó la sombrilla. Por lo menos, unos metros más allá había un chigre muy majo atendido por una camareras semidesnudas. Algo es algo, aunque no se veía a la suegra demasiado contenta. Como en el parte de la TPA avisaron de que iba a hacer bueno, la gente madrugó más que para ir a ver al Papa para tomar posiciones en las playas. La mañana siguiente se levantó al alba y salió como un tiro a extender las toallas sobre la arena de Toranda. Orbayó todo el santo día. Su cara es el vivo reflejo de la frustración.

Y no consigo quitarle de la cabeza que algo tiene que ver este agosto catastrófico con la traición al PSOE en las autonómicas. «Esto antes no pasaba», se lamenta. «Los meteorólogos llamaban al SOMA para preguntar qué tiempo tenía que hacer al día siguiente. Si amanecía con un sol despatarrante, era gracias a Villa. Si hacía malo, por algo sería. Ahora estamos cumpliendo el castigo. Vamos a tener sol para aburrir de lunes a viernes y nube los fines de semana. Lo que yo te diga». Y no me veo con recursos para convencerle de lo contrario.


Publicado en La Nueva España el 17/09/2011

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