jueves, 31 de julio de 2014

S.O.S.



La asociación El Trasgu, que actualmente gestiona el albergue de animales de Mieres, acaba de lanzar un mensaje de socorro que hemos de atender. En unas instalaciones con capacidad para unos 50 perros ya hay 70. Y no cabe ni uno más. Los canallas y los malnacidos aprovechan el verano para abandonar a sus mascotas, que les resultan molestas para disfrutar las vacaciones. Y los voluntarios de El Trasgu no dan abasto recogiendo, acogiendo, cuidando, curando, alimentando y, en definitiva, queriendo a esos animales inocentes que tuvieron la mala pata de caer en manos de despojos humanos que un día los metieron en casa y otro, así porque sí, los expulsaron. Maldad en estado puro.
Y también están afrontando el problema de las camadas indeseadas, que aparecen, con suerte, “depositadas” cerca de la perrera o sencillamente, agonizando en los contenedores de basura. Así está el panorama, como para mantenerse en la convicción del buen corazón del ser humano en general. De algunos de sus individuos, como mucho. Y gracias.
Pues la ingente tarea de salvar a esos animales está corriendo a cargo de los voluntarios del El Trasgu que, además del reconocimiento general a su labor, merecen apoyo material y económico. No podemos consentir que triunfe la falta de humanidad de unos cuantos tarados que tratan a los animales como si fueran objetos, como si no sufrieran. Pueden encontrar información sobre El Trasgu en internet, en Facebook, además de en los diversos establecimientos mierenses que colaboran con la asociación. Una pequeña aportación económica –y si puede ser no tan pequeña, mejor-, un saco de pienso, collares contra los parásitos, cubetas de plástico en las que poder bañar a los perros, lo que haga falta, que es casi todo, será muy bien recibido.
Y si te gustan los perros y gatos, si tienes tiempo para estar con ellos, si dispones de un espacio razonable para que puedan vivir con normalidad, si te comprometes a cuidarlos como es debido, por favor, adopta alguno de los ejemplares que hoy acoge El Trasgu. Los que convivimos con animales de compañía sabemos el amor que proporcionan a cambio de un poco de lo mismo. Ya lo dijo el sabio: “Cuanto más conozco a la gente más quiero a mi perro”.   


LNE de Las Cuencas 31/7/2014


miércoles, 30 de julio de 2014

GOTA A GOTA



Bueno, más vale tarde que nunca, van poco a poco ingresando en prisión los malhechores que nos dejaron España como un solar. Que deberían ser muchos más, sin duda. Que se han ventilado como exclusivamente políticas responsabilidades civiles y penales, parece claro. Que hay demasiada gente que se va a ir de rositas habiendo participado directamente –y obtenido inmensos beneficios- en la macroestafa al pueblo español, es un hecho. Qué le vamos a hacer. Pero al menos nos queda el consuelo de percibir el inicio el desfile de condenados con destino a las prisiones. Algo es algo. Con una lentitud exasperante, sí; con unas penas en ocasiones ridículas en relación a la magnitud de las chorizadas cometidas, también; pero para una ciudadanía acostumbrada a que eso de que “el que la hace, la paga” no rige para los poderosos, los actuales ejemplos invitan a la esperanza en una justicia realmente justa.
El cataclismo de Catalunya Banc nos ha costado más de 11000 millones de euros, mientras que su consejo de administración se adjudicaba unas remuneraciones y unas condiciones de jubilación de ensueño. Eso no es conducta negligente. Es más. Como lo de Bankia. Como lo de Caja Castilla-La Mancha. Como lo de casi todas las cajas de ahorros controladas por formaciones políticas. Como lo de las entidades que comercializaron “preferentes” a todo quisqui. Lamentablemente, bajo el pretexto de garantizar la solvencia del sistema financiero español, se va a consentir que la mayoría de esos delitos se vayan al limbo. ¿Imaginan cuánto dinero negro se pudo mover en España durante los gloriosos años del burbujón? ¿Cuántos euros eludieron el control fiscal? ¿Cuánto se invirtió en la compra de voluntades? ¿Cuánto hemos pagado los españoles por encima del precio real? Un estado que mantuviera la justicia en el primer puesto de su ideario no dudaría en agarrar la escoba y hacer limpieza a fondo, sentando en el banquillo a los autores y cómplices del monumental fraude.
Cierto que desear el mal ajeno no es propio de personas de buen corazón. Y que la cárcel para algunos de estos pájaros no nos devolverá lo robado. Pero una leve sensación de que se está haciendo justicia, aunque sea mínimamente, gota a gota, alivia la pesada carga.

LNE de Las Cuencas 30/7/2014


martes, 29 de julio de 2014

EL HIJO PRÓDIGO



¡Con lo que le hemos oído decir del PP asturiano y nacional! ¡Pero si en la tertulia de Parpayuela, en la que había comunistas y socialistas de solera, él era el más cañero contra la formación conservadora! Y ahora lo vemos firmando su reingreso en el PP cual fichaje futbolero. Y, encima, Cherines, todo dentadura delante de las cámaras, dice que las bases están encantadas con el regreso de uno de sus hijos pródigos. Pasmados es como deben de estar. Como lo estoy yo, y eso que nada tengo que ver con ningún partido. Pero es que hay cosas que le dejan a uno estupefacto. Y lo de Juan Morales reafiliándose al PP es algo alucinante, una especie de inocentada. Dice “el pródigo” que ha advertido cambios de talante y mensaje, lo que le ha animado a abandonar su destierro tomado por iniciativa propia. Pero lo que la gente se pregunta es cuándo se han producido esos cambios, si hasta hace media hora los estaba poniendo a parir. Porque igual ha habido recientemente un giro en el PP y no nos hemos dado cuenta. Salvo Morales, claro.
Que todos tenemos derecho a cambiar, por supuesto, a reconsiderar las propias decisiones, que en un momento determinado parecieron ser correctas pero que el paso del tiempo puede desmontar; que ahí fuera, solo, hace mucho frío y llueve demasiado fuerte para quien siempre tuvo legítimas aspiraciones políticas; que el experimento de Ideas no llegó a tomar forma; y que uno tiene derecho a hacer lo que le salga de las narices, a ser contradictorio y a quitarse y ponerse cuantas chaquetas pasen por delante. Pero justificar el retorno en el supuesto cambio de mensaje y de talante del PP es de nota. Me parece que queda más digno, a la pregunta de por qué vuelve al PP, responder “porque me da la gana”. Como que se vería más sinceridad.
Aún es hoy que recuerdo la perreta que pilló Gallardón cuando Aznar lo descartó en su ridículo proceso sucesorio. Lloraba y gimoteaba. Un espectáculo bochornoso. Pero, al contrario de Morales, no rompió el carné del partido. Y mírenlo ahora, haciéndonos la puñeta día sí, día también, desde su sillón del ministerio. A ver cómo se lo monta “el pródigo” para expiar sus pecados.



LNE de Las Cuencas 29/7/2014

miércoles, 23 de julio de 2014

QUE VIENE EL COCO



Curioso que sean los peperos los que se lancen en picado sobre Podemos y Pablo Iglesias, una tarea que más bien debería corresponder a los partidos de izquierda, a los que la nueva formación puede hacer pupa. Porque no creo que sean muchos los votantes del PP que se pasen a Podemos. Y si lo son, que la derecha se lo haga mirar con urgencia.
Si la principal causa del éxito de Iglesias y los suyos ha sido su constante presencia en los medios de comunicación –en la televisión, principalmente- y son el PP y sus canales afectos los que mantienen a Podemos continuamente en el “candelabro”, dedicando horas y más horas a ponerlos a parir, cabría concluir que el partido en el Gobierno está muy interesado en que Podemos prospere, perjudique electoralmente a la oposición y convierta a la izquierda en un avispero. Divide y vencerás.
Lo cierto es que cuanto más insulta Esperanza Aguirre a Pablo Iglesias, más ganas me entran de votar a Podemos. Es una cosa rara. Y como este mismo síndrome se propague entre el electorado progresista, PSOE e IU pueden ir echándose a temblar, por lo que más les valdría reemplazar al PP en la tarea de acelerar la bajada de la espuma de los recién llegados tras las elecciones europeas. De momento, el atacón de nervios está provocando la aparición de caras nuevas en unas formaciones muy reacias a los cambios.

Esto del “que viene el coco” puesto en marcha por el PP también se puede explicar como una estrategia para estimular la movilización del sector conservador de la sociedad, tan dado a sestear y abstenerse las jornadas electorales y a quedarse plácidamente en casa mientras la izquierda busca recuperar en la calle lo negado en las urnas. Dentro de diez meses seremos convocados para elegir ayuntamientos y comunidades autónomas. La carrera aún no ha comenzado oficialmente, pero las escaramuzas serán el pan nuestro de cada día de aquí a la próxima primavera. Y, al igual que la izquierda tradicional pone el grito en el cielo cada vez que asoma la cabeza la ultraderecha, el PP alerta de los brotes radicales a la izquierda de la izquierda. Porque entre ellos, los de siempre, se entienden. Y, si hace falta, se defienden.  

LNE de Las Cuencas 23/7/2014

martes, 22 de julio de 2014

ORTOGRAFÍA



Resulta que es noticia que en el telediario de La Sexta se hayan colado varias faltas de ortografía bien gordas. Pues tampoco nos debería sorprender tanto. Es la consecuencia de lo que se ha estado labrando desde hace tiempo. En mis años de estudiante, y en los anteriores de una forma aún más acentuada, la corrección ortográfica era básica. De hecho, lo habitual era que un examen con alguna falta de ortografía mereciera, sin más, un suspenso. Y, en el mejor de los casos, cada falta restaba puntuación. Por ello, por nuestra propia supervivencia académica, nos preocupábamos de aprender a diferenciar entre hecho y echo, grabar y gravar, a ver y haber, de conocer los acentos, los signos de puntuación, las mayúsculas, la construcción de las oraciones, en definitiva, de saber hablar y escribir en nuestro idioma.
Pero los tiempos cambiaron y el dominio de la lengua, pasó a un segundo, incluso tercer plano. Es más, la corrección ortográfica dejó de ser un requisito imprescindible, por lo que el alumno, que no es tonto y que controla perfectamente el orden de prioridades, degradó inmediatamente la ortografía dentro de su escala de “esto es lo que hay que hacer para aprobar”.
Y los resultados ya se están incorporando al mercado laboral y ahora controlan los teclados desde los que se lanzan los titulares que aparecen sobreimpresionados en los informativos de televisión. Y dentro de las políticas de ahorro, muchas empresas periodísticas decidieron prescindir de la figura del corrector, ese trabajador que repasaba de arriba abajo, a la caza de incorrecciones sintácticas, errores ortográficos y gazapos, todos los textos antes de su publicación o emisión. Ahora todo queda confiado al corrector incorporado en el ordenador que, como ya hemos podido comprobar en más de una ocasión con gran disgusto, también patina de lo lindo.
La importancia actual de la ortografía se ve cada día en lo que se escribe en internet, en los mensajes de texto del móvil. Las patadas al diccionario han ascendido hasta alcanzar el grado de normalidad. Incluso en escritos oficiales redactados por profesionales puede uno darse de bruces con verdaderas atentados contra el idioma. Porque ha dejado de ser imprescindible para seguir adelante, porque se le ha arrebatado su importancia y porque hacerlo bien da mucha pereza.

LNE de Las Cuencas 22/7/2014 


lunes, 21 de julio de 2014

TIMOS




Y la gente sigue picando en los timos de toda la vida. Anda por Gijón una banda que aún le está sacando partido al tocomocho y la estampita. Dicen los que saben de estas cosas que el motivo de que sean timos intemporales y que, por más que su funcionamiento nos resulten archiconocidos, mantengan su éxito, es que tocan en lo profundo de la personalidad humana, excitando uno de sus motores más poderosos: la codicia. De repente, nos hallamos ante la oportunidad de meternos en el bolsillo un buen fajo de billetes, aunque sea a costa de un supuesto desgraciado falto de entendederas – personaje que interpretó de modo magistral el gran Tony Leblanc en Los Tramposos -. Es el olor de un dinero surgido inesperadamente, esa oportunidad que sólo acontece una vez en la vida y que es capaz de echar abajo los escrúpulos y las barreras morales hasta dejarnos sin plumas y cacareando. Y con la furia del estafado mezclada con la vergüenza del que sabe que aquello no era nada decente.
A pesar de todo, sorprende que se sigan produciendo estos timos en un tiempo en que esta clase de actividades se realizan de otro modo y por otros autores. Nos timan los bancos al cobrar más comisiones de las comprometidas; nos timan las empresas eléctricas al contar los vatios que consumimos como y cuando les da la gana y facturarlos como les sale de las narices; nos timan las administraciones públicas al prestar menos y peores servicios de los que anuncian y al publicitar que bajan o congelan los impuestos que, en realidad, suben; nos timan las compañías petrolíferas con los precios de los combustibles; nos timan las empresas de telefonía al falsear sus ofertas, que en contadas ocasiones coinciden con la realidad. Y, en general, en nuestra vida diaria somos víctimas constantes de timos, lo que nos lleva a reafirmarnos en el principio esencial de que nadie da duros a cuatro pesetas. Y, si lo hace, es que hay gato encerrado.
Los buenos timadores son listos, hábiles, saben elegir a sus víctimas, qué teclas pulsar y cuándo ahuecar el ala. Pero, sobre todo, dominan el arte de sacar el codicioso que llevamos dentro. Y, entonces, estás perdido.  

LNE de Las Cuencas 20/7/2014


miércoles, 16 de julio de 2014

LA VIDA EN UNA FOTO



El nivel de tontería colectiva es de tal magnitud que hay gente dispuesta a arriesgar la vida por sacarse una foto con el móvil para colgarla en internet. El más sobresaliente de estos días, el tarado de la selfie corriendo justo delante de los toros de San Fermín. Y ya hay que lamentar varios accidentes de tráfico, algunos muy graves, como consecuencia de esta misma estupidez. Voy en mi cochecito monísima de la muerte, jiji, jaja, verás que bien me retrato y lo cuelgo en el Facebook, apunto, disparo y catapún, a la morgue. Al menos, los idiotas que se tiran del balcón a la piscina –de los que un número considerable no acierta en la diana-, tienen el sentido común de dejar que sean otros los que inmortalicen el glorioso momento. Uno se concentra en lo importante, esto es, en estrellarse contra el suelo junto a las duchas y morir ahí de modo miserable, borracho, drogado y medio desnudo, y deja a los amigos –que para eso están- las labores de filmación. Pero ir a ciento y pico por hora y ponerse a hacerle muecas al objetivo del teléfono que uno mismo sostiene con una mano es lo más de la memez. Como los que se graban haciendo el salvaje con el coche para luego lucirlo en Youtube. Se les ve tan satisfechos, tan envalentonados, tan tontos, proporcionando valiosa información a la DGT, que les mete un paquete de espanto.
Y es que internet facilita que los imbéciles puedan presumir de ello, lo cual, por otra parte, tiene su parte positiva pues, al incrementar los niveles de riesgo en sus hazañas también elevan las posibilidades de sufrir fatales accidentes, algo que no es del todo negativo para la especie humana en su conjunto. No es deseable pero, qué se le va a hacer, peor es que fallezca accidentalmente un investigador o un poeta. Selección natural al estilo del siglo XXI.

Pero es que, si serán tontos del culo, no se dan cuenta de que, para tener verdadero éxito en esto de colgar fotos en internet, no hay mejor cosa que la comida. Te puedes hacer el graciosillo, el sesudo intelectual, lo que quieras, pero como subas la foto de una tortilla o un bollo preñao, “lo petas”.  

LNE de Las Cuencas 16/7/2014

lunes, 14 de julio de 2014

LA ADMIRACIÓN DEL MUNDO



Venga, alegren esas caras, arriba el ánimo, que esto ya está superado. Lo ha dicho el Ministro de Hacienda, con esa sonrisa roedórica tan suya: somos la admiración del mundo. Ahí es nada. Tenemos al planeta patitieso por la espectacular recuperación de nuestra economía. Así que ya está bien de echar pitillos a la puerta del negocio a la espera de que entre alguien y de esas miradas lánguidas que dicen “vamos, cómprame algo”. El espíritu negativo, la negrura de pensamiento y el derrotismo son cosa del pasado. Hay que adaptarse a la nueva coyuntura, la de los días de vino y rosas que están al caer, aunque ustedes no lo acaben de creer.
Montoro asegura que las tornas han cambiado, que ya no pintan bastos sino oros, que vuelve a manar el dinero. Por ello, hay que cambiar inmediatamente de actitud. Mañana mismo, salten de la cama cual resortes, pónganse guapos a más no poder y échense a la calle como hacen los triunfadores, paso decidido, planta erguida, barbilla al cielo y sonrisa profidén. Y abran las puertas de sus establecimientos con la convicción de que la catarata de clientes está a la vuelta de la esquina.
Y ya se lo he dicho a Aníbal, que se venga arriba, que lo ordena el Ministro, que aunque aún no lo veamos, se nos comienzan a llenar los bolsillos de euros. Y no podemos seguir así, enfurruñados, deprimidos y de brazos cruzados. Extendámoslos para atrapar todos esos billetes que andan por ahí buscando nuevos propietarios. Bueno, y estoy seguro de que si no fuera porque para pagar la impresionante deuda municipal se está empleando casi toda la caja, estoy seguro de que el Alcalde se uniría al festolín de Montoro y daría saltos de júbilo.
Yo es que es ver al Ministro de Hacienda y entrarme una alegría en el cuerpo cosa fina. Y si encima tiene el día chistoso, graciosete y estupendo de la muerte, es que me troncho. Y, automáticamente, comienzo a percibir la vida de otro color, paso del gris plomo al full HD y se me van de la cabeza las aglomeraciones en los comedores sociales, los desahucios, los niños desnutridos y las colas del paro. Cómo sería España sin individuos como Montoro. Da miedo imaginarlo.

LNE de Las Cuencas 14/7/2014


jueves, 10 de julio de 2014

ESTORBOS



Por qué será que cada vez que uno tiene prisa todo el mundo se pone en medio, se atraviesa y estorba. Y que cuando a uno le interesa algo en particular se produzca un efecto magnético que multiplica la atracción hacia eso mismo. El otro día quise echarle un vistazo a una prenda en particular y no fui capaz; los grandes almacenes estaban prácticamente vacíos, salvo el pasillo en que se hallaba el objeto de mi interés. Nadie lo adquiría ni lo probaba. No, sólo se situaban ante él, bloqueando el paso, imposibilitando incluso su visión. Únicamente quería echarle un vistazo a aquella cosa y no fui capaz. Y cambié de negocio, pues se trataba de algo común, pero me sucedió lo mismo, con el agravante de que, como se echaba encima la hora de cierre, el trayecto estuvo continuamente salpicado de interrupciones, gente que se detenía sin ton ni son, impidiendo el paso, concentraciones de mamás con cochecitos grandísimos que se ponen de charla ocupando completamente la acera... Era como una confabulación a gran escala para que a un servidor le resultase imposible hacer lo que quería hacer. Que no era nada del otro mundo, todo sea dicho, pero que tenía el capricho y la curiosidad. Bueno, pues por fin llegué con la lengua fuera al siguiente establecimiento, me orienté en el interior del amplio espacio repleto de productos a la venta, sorteé a cuantos se conjuraron para impedir mi aproximación, que fueron decenas, y cuando creí haber alcanzado la meta, allí me topé de bruces con otro montón de gente, como una boda al completo, acampados justo frente a la prenda de mis deseos. Y, entonces, desistí. Estaba claro que no era mi día. Una conjunción de factores externos e incontrolables impedían que pudiera alcanzar el objetivo. Abandoné. ¿No se preguntan por qué pasan estas cosas tan raras? Que te mandan a por un kilo de azúcar y por una misteriosa razón es como si a todo el mundo le hubiera dado por lo mismo, que el día en que tienes prisa sólo encuentran aparcamiento los que circulan justo delante de ti, que cuando surge una urgencia es como si la humanidad decidiera cruzarse en tu camino. ¿Por qué hay gente permanentemente atravesada y estorbando? Abran paso.

LNE de Las Cuencas 10/7/2014


SACAR LOS COLORES



En el paseo del colesterol, cuando ya tomaba la velocidad de crucero, fui interceptado por una pareja que me manifestó su disgusto por el prolongado cierre de la piscina de Vega de Arriba, requiriéndome para que les fijara una fecha de reapertura. Qué más quisiera yo que tener en mi mano semejante decisión y respondí a la preocupada pareja que, no siendo cosa mía, las protestas habrían de dirigirse a los que tienen poder para resolver este tipo de asuntos. Una persona que simplemente se dedica a opinar en un periódico no es capaz solucionar lo que un ayuntamiento no sabe o no quiere hacer. Lo más que uno puede intentar es que algún representante municipal se ponga un poquito colorado, y la mayoría de las veces, ni eso consigue.
Es que organizarse es muy difícil, es que resulta muy complicado que todos los afectados se movilicen a la vez, es que es muy pesado ponerse a recabar apoyos, es que no tenemos tiempo para crear una plataforma, es que lo suyo es que alguien nos eche una mano, es que nos deberían convocar para concentrarnos delante del Ayuntamiento, es que..., es que...
Es que el que no llora no mama. La villa de Mieres se va a quedar sin la piscina durante mucho tiempo y la gente, a lo más que ha llegado, es a protestar entre ellos o a plantear las quejas a quienes nada pueden solucionar. No tiene un pase que la tramitación administrativa se demore tantísimo tiempo y es inexplicable que el equipo de gobierno municipal sea incapaz de concretar una fecha de reapertura de unas instalaciones públicas – o sea, de todos – y necesarias. Es una situación impresentable, independientemente de quien sea la responsabilidad, y esta postura de los gobernantes de encogerse de hombros y dar largas no hace más que incrementar el enfado de los ciudadanos.
Pero tampoco entiendo que este enfado vaya acompañado por el conformismo y la pasividad. La piscina debería estar abierta, funcionando y prestando servicio a los mierenses y no lo está, sea por un papel, una adjudicación, un permiso, un socorrista o vaya usted a saber, pero que tendría que estar solucionado hace meses.  Y, por ello, habría que sacarle los colores a más de uno.

LNE de Las Cuencas 9/7/2014


DÓNDE ESTÁN



Pues no lo entiendo. Que empresas que cotizan en bolsa, que se financian con fondos públicos, que suscriben contratos con las administraciones, puedan sostenerse durante años falsificando sus cuentas, aparentando una situación que nada tiene que ver con la realidad, me parece inconcebible. Porque a los ciudadanos mondos y lirondos se nos examina hasta la talla del calzoncillo cada vez que solicitamos una ayuda pública y a la que se nos escapa algo en la declaración, somos de inmediato llamados al orden y sancionados. Si una pequeña asociación solicita una subvención para poder costear sus actividades, la cantidad de explicaciones y el volumen de documentos a presentar son apabullantes. Y muchas veces, para que te digan que no, sin más, sin la menor justificación. Por el contrario, otros viven a cuerpo de rey sin que los organismos supuestamente encargados de controlar la veracidad y legalidad de su situación muevan un músculo. Por ejemplo, Bárcenas se hizo multimillonario a la remanguillé y lo lució durante años sin que fuera llamado a capítulo. Son esos tipos y esas compañías que, de repente, experimentan un éxito tremendo que los hace crecer a velocidad meteórica. Y, de la noche a la mañana, aparecen por todas partes, ganan infinidad de adjudicaciones y se convierten en modelos a seguir. Pero, ¿de dónde sale tanto dinero? ¿qué tiene de cierta esa apariencia de prosperidad? Y lo que es más importante, ¿hay alguien que esté supervisando, pidiendo papeles, comprobando números? Para eso fueron creados los organismos de control, fiscalización y regulación. No para sestear y estar compuestos por clanes familiares, sino para actuar de modo competente y eficiente, para que eviten los impresionantes fiascos que adornan el historial económico español. Fiascos que acabamos pagando todos, por cierto.
Pues, al parecer, fue una modesta consultora norteamericana la que desveló que Gowex es un timo, que tras la fachada no hay nada. Aquí, los encargados de vigilar estaban al pairo, como es habitual. Qué sucedió con las auditorías, con los registros, con las inspecciones. Dónde estaban los que tenían que hacer las comprobaciones. Cómo es posible que durante cuatro años se falseen las cuentas de una sociedad tan importante y que nadie se entere de nada.
Si los que tienen que controlar no lo hacen, para qué los queremos.

LNE de Las Cuencas 8/7/2014



viernes, 4 de julio de 2014

POR LO CIVIL O POR LO CRIMINAL



Mi amigo hace una comparación que me parece totalmente acertada: lo que pretende el PP, buscando la complicidad del PSOE, es exactamente lo mismo que se hace en fútbol cuando, por calidad y preparación, hay pocas posibilidades de derrotar al rival. Si el equipo contrario mueve rápido y bien el balón, pues campo seco y hierba alta. O, aunque esté lloviendo, más agua para encharcar el terreno. Si es al contrario, a regar el césped para que el esférico corra como una posta. Si al rival le gustan los campos grandes, pues se mueven las líneas para dejarlo casi como un futbolín. Lo que haga falta para ganar, como decía el gran Luis Aragonés, “por lo civil o por lo criminal”. 
El PP se está oliendo que su posición de poder absoluto en plazas tan importantes como Madrid y la Comunidad Valenciana puede peligrar tras las próximas elecciones si las diversas izquierdas consiguen aliarse –que tampoco es tan sencillo pues no hay peor cuña que la de la misma madera-. Se pongan como se pongan, la irrupción en escena de Podemos preocupa mucho y echando números, según van pintando los sondeos, no hay ninguna garantía de permanencia en la poltrona. De ahí que ahora resulte esencial la modificación de la legislación electoral de modo que con mayoría simple quede asegurado el gobierno. Claro, porque cabría la posibilidad de que, por ejemplo, en Madrid, un pacto entre PSOE, IU y Podemos desalojara a los peperos de los despachos oficiales. Menudo disgusto. Y en el mismo sentido, si la iniciativa acabara siendo aprobada, por el resultado de los anteriores comicios el PP gobernaría en Andalucía. Qué curioso, ¿verdad? Nada se está hablando de las auténticas reivindicaciones de la ciudadanía, eso de “un hombre (o mujer), un voto”, que el valor de la papeleta de un extremeño sea el mismo que la de un catalán, que el sistema deje de privilegiar a los grandes en perjuicio de las formaciones minoritarias. Esto tiene pinta de que lo que se pretende es cambiar las reglas de juego en previsión de que las actuales acaben fastidiando a los que hoy mandan. Hay que trabar el partido para aguantar el marcador. Toca enfangar el terreno de juego.    

Publicado en LNE de Las Cuencas el 4/7/2014



jueves, 3 de julio de 2014

MAÑANA DE DOMINGO




Era el domingo siguiente al sábado grande de San Xuan. Todavía tenía las córneas y los tímpanos resentidos del espectáculo de Panorama y los pies hechos caldo del bailoteo en Eros. Serían las once y pico de la mañana y tomaba un cafetín al aire, apoyado en el murete y observando la paz resacosa de la calle. La calma tras la tempestad. En éstas que el silencio general se quebró por los gritos proferidos por dos grupitos de chavales que aún seguían de juerga. Había lío. Unos se retaban a otros, tambaleantes todos producto de la borrachera. empujones, insultos pastosos Y amenazas a pleno pulmón. Tomé acomodo para contemplar la batalla que se avecinaba. Dos chavales descamisados, uno por bando, parecían dispuestos a darse unos cuantos mamporros, pero cada vez que se intuía que iba a haber contacto, alguien se interponía. Y vuelta a empezar, más alaridos, agudos chillidos de las jovencitas, que reñían a unos y a otros, que reñían entre ellas, que azuzaban a ellos y que corrían de un lado a otro encaramadas en sus ridículos tacones.
El alboroto sacó de la modorra al vecindario, que fue ocupando balcones y ventanas para asistir al lamentable espectáculo. Pasaban los minutos, se enfriaba el café y no pasábamos de las roncas amenazas y las ruidosas idas y venidas que no conducían a nada. Y cuando parecía que el follón se terminaba, alguien decía algo, que desde la distancia no era capaz de entender, y se volvía a formar el tumulto.

De repente, por la ventana de un primer piso, justo encima de la pelea que no era tal, asomó una anciana de pelo blanco como la espuma, y con una potencia vocal asombrosa para alguien de su edad, gritó a la concurrencia: “¡Pegaos como paisanos de una maldita vez o marchaos a casa, coño!”. Y cerró la ventana de golpe. Los bronquistas quedaron boquiabiertos, como yo, observando estupefactos la ventana vacía, sin saber qué hacer y en profundo silencio. Y poco a poco, los participantes en el tumulto fueron abandonando el lugar discretamente. En menos de un minuto la calle recuperó la paz, si bien los vecinos continuaron asomados, cariacontecidos, con la mirada clavada en la ventana de la que surgió aquel portento.  

Publicado en LNE de Las Cuencas el 3/7/2014

miércoles, 2 de julio de 2014

AFORADOS



Pero, vamos a ver, que parece que todavía hay alguno que no lo entiende: ¿Por qué hay tantos políticos aforados en España? Pues por una razón muy simple: porque el poder no se fía ni un pelo de la justicia. El aforamiento supone que uno sólo puede ser juzgado por unos jueces muy concretos, por unos cuantos magistrados del Tribunal Supremo o de los Tribunales Superiores de Justicia. Precisamente, fíjense qué curioso, para esos cargos tan relevantes en la escala judicial, importan, y mucho, las influencias políticas pues, finalmente, quien aprueba esos nombramientos es el Consejo General del Poder Judicial que, como por todos es conocido, está politizado hasta el tuétano.
Si se dan cuenta, de puertas afuera no hay político que no manifieste una confianza ciega en la justicia española - bueno, con la excepción de Ruiz Mateos y Pedro Pacheco, y por motivos muy distintos el uno del otro-. Pero a la hora de la verdad, se protegen de la acción de un juez cualquiera, de un juzgado cualquiera, que vaya usted a saber qué intenciones puede tener un juez desconocido e independiente, de modo que sus asuntillos sólo puedan ser ventilados en selectas instancias judiciales en las que resulta más sencillo mantener el control.
Porque si yo perteneciera a una formación política y me viera envuelto en alguno de los tejemanejes de los que tanto se habla, ¿a quién querría ver enfrente? ¿A un juez que acaba de aprobar la oposición y que aún no le debe nada a nadie, salvo a su familia que lo apoyó en los años de estudios, o a un magistrado veterano cuyo último nombramiento se produjo gracias al apoyo de tu partido? Un, dos , tres, responda otra vez.
Algo parecido sucede con la medicina: de cara a la galería, todos nuestros médicos son de absoluta garantía y el sistema público de salud es modélico. Sí, vale, de acuerdo, pero los hay que sólo se dejan abrir la barriga por un catedrático de cirugía mientras que al resto no nos queda otra que ponernos en manos del que nos toque, que muy posiblemente sea la mar de competente, pero al que no conocemos de nada. O sea, que la confianza, en fin, podríamos ir dejándola de lado.

Publicado en LNE de Las Cuencas el 2/7/2014