Que digo yo que no puede ser tan difícil evitar las ofensas gratuitas. Sabemos que el Islam prescinde de toda representación física de su divinidad y su profeta y que se toma verdaderamente mal que esto no se respete. Lo podemos entender o no, nos puede parecer más o menos relevante desde nuestro punto de vista, pero qué sentido tiene entrar donde nadie nos llama para precisamente, de un modo del todo inútil, ofender al mundo musulmán. Que por supuesto que es una locura que una simple viñeta pueda acarrear la muerte, pero ¿qué necesidad había de dibujarla y publicarla? ¿Se puede transmitir el mismo mensaje sin dibujar a Mahoma? Seguro que sí. El ejercicio de la libertad de expresión también ha de conllevar la asunción de la responsabilidad correspondiente. Si los que profesan determinada fe huyen de la simbología, a qué viene que los de fuera, a los que no les va nada en ello, hagan precisamente lo contrario, conscientes, además, de que así se hiere la sensibilidad del creyente. Por ejemplo, ¿qué necesidad hay de que Alaska y Vaquerizo se retraten imitando groseramente a la Virgen María y a Jesús? Saben, sabemos, que una imagen así causa ofensa, irritación y dolor a muchos cristianos. ¿Por qué? ¿Tan difícil es respetarlos? Pues anda que no hay disfraces que ponerse. Es que, en estos casos, de verdad, uno no pierde nada evitando herir al creyente, de la confesión que sea, aunque nos pueda parecer una ridiculez. Es su ridiculez, que para él puede tratarse de algo sagrado. Y si no come carne de cerdo ni bebe alcohol, es cosa suya y sólo suya en tanto no pretenda su imposición al resto.
Las creencias religiosas tienen poco de racionales, pese a lo cual la inmensa mayoría de la humanidad profesa alguna, por la búsqueda de ese más allá que explique nuestra propia vida. Si evitamos mancillar algo tan tonto como la camiseta de un equipo de futbol para no desencadenar la ira de sus seguidores con mucho más motivo deberíamos ser respetuosos con las costumbres, los ritos y las liturgias religiosas, siempre que no sean dañinas, y dejar que cada uno crea en lo que crea y como crea.
Publicado en el diario La Nueva España de Las Cuencas el 16/1/2015
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