martes, 27 de enero de 2015
DENTRO O FUERA
¿Pero cómo es posible que la oposición se rasgue las vestiduras por la puesta en libertad de Bárcenas? ¡Pero si es la mejor noticia que podían tener en vísperas de la maratón de campañas electorales que se nos viene encima! En la cárcel estaba mudo, quedo, inerte; en la calle, con el perpetuo escuadrón de periodistas apostado a la puerta de su domicilio, para el PP es una bomba de relojería andante. No hay más que ver la convención del tembleque que acaban de celebrar en Madrid, que ni siquiera son capaces de pronunciar su nombre, que Rajoy, a lo más que llega es a hablar de “algún”, consciente de que como lo mosquee, la tiene liada. Y bien gorda. Y en un momento malísimo para los líos de dinero negro. Vamos, que los líderes del PSOE, que, al parecer, son varios y varias, deberían estar dando palmas con las orejas y plenos de agradecimiento hacia la Audiencia Nacional, que excarceló a Luis “el cabrón” tan oportunamente.
Porque no hay quien haga campaña electoral con un mínimo de tranquilidad saliendo siempre a los mítines con la espada de Damocles encima, temiendo el instante en que caerá. Así no se puede trabajar. Y, entonces, al Presidente lo apoderan los tics faciales, esos que le salen cada vez que va a decir una trola, que se le tuerce la boca y se le medio guiña un ojo al mismo tiempo.
Bárcenas en Soto del Real era una bomba atómica desactivada. Hoy, aunque sólo sea psicológicamente, por el riesgo de detonación, es un arma poderosísima que amenaza al PP en circunstancias harto delicadas.
Y, curiosamente, en sentido opuesto, la alegada demencia de Villa es la mejor noticia para la clase política asturiana en muchísimos años. A qué viene tanta indignación fingida por su incomparecencia en la comisión de investigación del Parlamento asturiano. ¡Pero si están resoplando de alivio! Imagínense a un Villa en plenitud de facultades, haciendo memoria sobre los expedientes académicos de sus señorías, de un bando y del otro, el quién es quién en la política asturiana y cómo llegó ahí. No ha podido descerebrarse en momento más oportuno. Un postrero acto de patriotismo que en el futuro merecerá el debido reconocimiento.
Publicado en el diario La Nueva España de Las Cuencas el 27/1/2015
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