martes, 7 de marzo de 2017

ESPEJISMOS



¿Que ya superamos la crisis? Ya, ya. Eso, que se lo cuenten a otros. La tertulia del contenedor no traga. Dicen que El Corte Inglés tiene planes de bajar la persiana a algunas de sus marcas, como Hipercor. Loli Olavarrieta lamenta que las rebajas del comercio mierense no logran enganchar al cliente. Y el secretario de la tertulia asegura haber visto un chino con el cartel de cierre. ¡Un chino que cierra! Tan mal síntoma como la desaparición de las abejas. Así que difícilmente podemos afirmar que la crisis está quedando atrás. Porque si ya no compramos ni en los chinos es que la cosa sigue estando muy delicada. Y, claro, caemos en el desánimo y la desesperación. De ahí que el comité de empresa del Ayuntamiento, acreditado referente del sentido común y la responsabilidad, ahora nos sorprenda con la exigencia de trabajar menos. “¿Menos aún?” es la pregunta más repetida estos días en las calles de Mieres, hasta que se explica que, en realidad, se trata de compensar, siquiera mínimamente, el brutal recorte de derechos sufrido por la plantilla municipal, que la ha conducido al actual estado de semiesclavitud. Exigen las 35 horas laborales a la semana, lo que no significa trabajar menos. Porque ir a trabajar y hacerlo no es lo mismo. Y lo segundo siempre se ha dejado al criterio de cada uno. “Ah, ya me extrañaba a mí” es la respuesta más escuchada estos días, y la de nuestro tesorero, retirado del Pozu Moqueta, que confiesa ser ahora cuando ha conocido el auténtico significado de la palabra trabajar, encargado a jornada completa de un par de nietos. Vuelve a casa por las noches, se derrumba sobre la cama y un madrugón tras otro todos los días del año. “Estoy intentando reengancharme, como si me destinan de guaje a achicar agua a mano de un pozo inundado, pero no hay manera” sollozaba el hombre el día que solicitó la excedencia de la tertulia, porque no puede con las gónadas. Eso sí que estar en crisis.
En fin, que aunque vean cambios de colorines en las sucursales bancarias y oigan las peculiares reclamaciones de los sindicatos municipales, no se dejen engañar. Son espejismos. Aún nos queda un largo trecho por delante.     


LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS 7/3/2017

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