Sí, de acuerdo, es corrupción, pero no me negarán que resulta mucho más simpática que la mangancia pura y dura al estilo catalán, de maletines cargados rumbo a la frontera. Que figuren apuntes contables referidos a “putiferio” y “varios y putas” denota que el autor de la contabilidad, además de sinceridad, tiene un sentido del humor muy desarrollado. Y por importes moderados, por no decir roñosos. Mucho en viajes, palcos del Bernabeu y arreglillos caseros, pero muy poco en putiferio. Cómo se nota que pesa el historial de colegios de curas y bodas catedralicias. Pecar sí, pero con mesura. Al menos que se sepa por ahora. Y una vez más -y ya van unas cuantas- tenemos al PP asturiano haciendo de las suyas a las puertas de unas elecciones. En esta ocasión, generales de resultado ajustado, a tenor de lo que marcan las encuestas. Pues ahí los tienen, contribuyendo dentro de sus posibilidades a que Mariano, como el turrón, vuelva a casa por Navidad. Y, encima, buscando alianzas con Foro. Vaya momento para ponerse a reanimar antiguas amistades. Con la Pokemon hirviendo y salpicando la cocina. E investigando la Pokemon, la jueza De Lara, que suele dejarlo todo atado y bien atado. De hecho, nos ató en matrimonio a Cris y a mí. Negro porvenir el de los peperos de varios y putas. Pero que muy negro, a pesar de que el puticlub es un clásico, el lugar en el que tantas negociaciones se cierran, tantos acuerdos se alcanzan, tantas estrategias se idean. ¡Cuánto de lo que nos afecta cotidianamente se ha gestado en el puticlub!
Ahora, a dar explicaciones, ante la prensa y en el domicilio, que debe de ser lo más complicado. Mientras espero mi turno en la consulta pasa por delante un auténtico artista del “putas y varios”. Cuando trascendió públicamente dónde solía organizar sus reuniones de trabajo se llevó un tremendo golpazo en los lomos con una llave grifa. Un lamentable accidente doméstico, dijeron. Tuvo que jubilarse porque no era capaz de organizar nada en un despacho. No se concentraba.
Ahora, a los señalados de la trama del agua no les queda otra que mostrar los extractos de cuenta y los cargos de las tarjetas. En público y en casa. Vaya marrón.
Publicado en LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS el 7/11/2015
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