viernes, 12 de septiembre de 2014

LIBERTAD (I)



A la pregunta de qué es lo más preciado de la vida, qué ocupa el primer puesto en el orden de valores, yo lo tengo claro: la libertad. Comprendo perfectamente que haya quien priorice la salud, el amor, la felicidad, la seguridad, la familia, la prosperidad, la paz, Dios..., todo ello de importancia capital. Pero es que para mí, la falta de libertad deja sin sentido la propia vida. Los pocos que me conocen bien lo saben, que es algo innegociable y que incluso, ante la sensación de que mi esfera de libertad pueda estar siendo asaltada, me rebelo de inmediato, incapaz de soportar algo así. Un celo que, lo reconozco, tiene tintes obsesivos. Por ejemplo, jamás podría ser comunista o fascista pues la puesta en práctica de dichas ideologías siempre conlleva la aniquilación de la libertad individual. Y eso, para mí, es la muerte en vida.
Sería estúpido afirmar que no me preocupa morir a causa del ébola, caer en la pobreza más aguda o perder a mis seres queridos. Pues claro que me preocupa. Pero lo que me quita el sueño es la posibilidad de que me roben la libertad. Porque si a mí me da igual cómo se llame tu Dios, si jamás pretenderé forzarte para que pienses como yo pienso, para que creas en lo que yo creo, para que sigas mis reglas, sólo te pido que hagas lo mismo y me permitas vivir en paz con mis creencias, pensamientos y opiniones. Y no entiendo en qué puedo molestarte. Simplemente, no me hagas caso y continúa tu camino. Pero déjame a mi aire. El mundo es suficientemente grande para poder coexistir tú y yo sin estorbarnos. Que conste que no tengo el menor problema en que te impongas a ti mismo las normas, los principios y los sacrificios que consideres pertinentes, siempre que te afecten exclusivamente a ti y, como mucho, a quienes de modo voluntario los adopten. Pero, por favor, abandona las amenazas de venir a mi casa y rebanarme el pescuezo en caso de no doblegarme incondicionalmente ante tu manera de entender esta vida. No soy ningún infiel por no parecerme a tí. De hecho, soy fiel a mí mismo.


LNE de Las Cuencas 12/9/2014

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