Y cada día salta una nueva chorizada. Qué país.
Como para no preguntarse de vez en cuando si es que los españoles somos
mayoritariamente así, ladrones por naturaleza, y a la que tenemos oportunidad
nos metemos en el bolsillo lo que no nos pertenece. Yo, en principio, creo que
si ocupara un cargo de responsabilidad y por mis manos pasara un montón de
dinero público, por nada del mundo lo haría. Pero eso, creo, porque no me vi en
la situación, por lo que no he padecido esa tentación. Y es que son demasiados
casos de corrupción, algo tan generalizado que lleva a uno a pensar de esta
manera, que somos así y que si no robamos es porque no tenemos la oportunidad.
Y más tratándose de dinero público, eso que parece no tener dueño. A un banco,
a un gran empresario, a un deportista multimillonario, a esos no les
causaríamos ningún estropicio económico. Pero lo de las arcas públicas parece
distinto. Es el dinero de todos y, en consecuencia, de nadie, huérfano. Y si no
es de nadie, pues trae para acá, que me lo quedo, que me viene de perlas, que
si no lo desvío yo alguien con menos razones se lo va a quedar.
Es que, si esta no es la explicación válida para
tanto choriceo, y suponiendo a la inversa que, si bien los españoles somos, en
una inmensa mayoría, gente honrada, no disponemos de filtros y controles
eficaces que impidan que los cacos accedan a puestos de responsabilidad. O sea,
que para un corrupto resulta muy sencillo aproximarse a las orillas del río por
el que fluye el dinero público. Fallan las inspecciones, la vigilancia y, en
consecuencia, lo público se convierte en un terreno perfectamente abonado para
las correrías de los amigos de lo ajeno.
Además, ¿qué ocurre cuando cae algún pájaro de
éstos? ¿Acaso se devuelve la pasta distraída? Porque, al final, visto lo visto,
parece que compensa la temporada en chirona - que, además, con suerte y
contactos puede quedar en nada con un indulto del gobierno de turno. ¿Y si se
cambiara el criterio y el tiempo de cárcel comenzara a descontarse a partir de
la devolución efectiva de lo sustraído? Quién sabe; igual alguno se lo
pensaría.
Publicado LNE de Las Cuencas 7/5/2014
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