miércoles, 28 de marzo de 2012

PAREJAS Y TRÍOS

Mejor tomárselo un poco de cachondeo. Porque como nos dé por ponernos en plan serio, para salir por piernas. Cascos se ha pegado una hermosa costalada. Figura del “dream team” de Aznar, parece que los conocimientos sobre estrategia política que le llevaron a ser el “general secretario” se le enredaron y su previsión de respuesta del electorado asturiano resultó bastante alejada de la realidad. Y la bofetada ha sido considerable. Si en un escenario de holgada mayoría ideológica fue incapaz de pactar, malgastando el precioso tiempo de los asturianos buscándose enemigos, cerrando puertas y ahogando salidas, hoy el panorama se presenta mucho peor. Los que saben de estas cosas dan por hecho un 22-22-1 tras el recuento del voto de la emigración, o sea, un empate entre izquierda y derecha y el escaño de UPyD convertido en oro macizo. Si no hubo forma de bailar en pareja, ni les cuento en trío. Es sólo una impresión, pero veo a Cascos fuera de Asturias más pronto que tarde.
Y le da a uno la risa nerviosa al comprobar que el PSOE, por más sombras de corrupción que lo acechen, se sostiene incólume. Es un hecho que España no castiga corrupciones. No lo hizo en Valencia, Madrid, Cataluña o Baleares. Ahora, tampoco lo ha hecho en Andalucía ni en Asturias. Cuando se me pase la risa intentaré reflexionar sobre ello. Porque no lo entiendo. Corrijo: no quiero entenderlo. La idea de vivir en un país que tolera algo así me revuelve el estómago.
Y ahí está Izquierda Unida. Tan pronto hundida como a flote. Las mismas caras que un día parecen condenadas a marcharse de una vez, resurgen como esas velas de broma que no hay forma de apagar. Ya les he oído echar pestes de UPyD. Ay, ay, ay, qué falta de prudencia en momento tan delicado. Qué necesidad hay de indisponerse con el que podría resultar único portador de la llave de la gobernación. El 22 – 22 permitiría la inclinación hacia ambas bordas.
Dejo para el final lo del PP. Y lo hago porque, simplemente, no tengo palabras. Cuando parece que no es posible empeorar las cosas, esta gente lo logra. El último, que apague la luz.


Publicado LNE 28/3/2012

miércoles, 14 de marzo de 2012

MUERTOS EN EL ARMARIO

Vaya, al Presidente Cascos le están buscando las cosquillas y parece que las tiene. La nauseabunda corriente del Gurtel ya le roza los pies y su imponente imagen de cruzado contra la corrupción comienza a desteñir. No es una buena noticia. Ni motivo de alegría. El desalojo del PSOE del gobierno asturiano vino motivado por el hartazgo de un electorado cansado de aguantar un montón de años de chiringuitos, amiguismos, sobrecostes, clientelismo y martingalas un día sí y el otro, también. Y Cascos aterrizó en Asturias como el hombre que llamaba al pan, pan y al vino, vino, que pedía votos como munición contra el sistema corrupto. Sus negocios, no siempre diáfanos, la procedencia de sus ingresos y de los fondos que financiaron el nuevo partido, quedaron en un segundo plano gracias al contundente mensaje de “se acabó el cachondeo”.
Sin embargo, también a él le persigue el tufillo del trinque y los amaños. Es desolador; es como si todos los fulanos que rigen nuestros destinos tuvieran las manos sucias y nadie ostentara el poder con limpieza. El que no tiene parientes que colocar maneja intereses privados camuflados o ejerce la función con el encargo de favorecer la salud financiera del partido que lo impulsó. No hay de quien fiarse.
Transcurrido un año del sorprendente triunfo de Foro, aún esperamos el anunciado levantamiento de alfombras, que se pongan nombre, apellidos, conceptos y cantidades a las reiteradas insinuaciones de prácticas corruptas del anterior gobierno. Porque, con la excepción del caso Marea, los muertos continúan reposando en los armarios. Y por lo que dicen Cascos y los casquistas, hay muchos y de un calibre notable. ¿Dónde están las facturas del Niemeyer? ¿Y lo de la TPA? Hasta ahora, las denuncias de Foro están siendo más ruido que nueces. De hecho, son de tal vaguedad que los primeros sondeos preelectorales señalan una tendencia al alza de la izquierda, hasta el punto de que tiene al alcance de la mano el retorno a la poltrona. Un año de bronca y parálisis política y económica está a punto de acabar como comenzó, con los mismos en los mismos puestos. Y los cadáveres, en el armario cerrado a cal y canto.

Publicado LNE 11/3/2012

NO LES INTERESAMOS

Les aburrimos. Mientras en el parlamento alemán se debatía el rescate de Grecia, el ministro de finanzas germano mataba el tiempo haciendo sudokus, una actividad que, por lo visto, a ese señor le interesa más que el porvenir de un país entero. Total, qué más da: son sólo griegos. Si fueran de los suyos igual prestaba un poco más de atención.
Y es que parece que no les interesamos gran cosa. Sí, vale, los del sur de Europa somos útiles como consumidores de sus productos, tenemos cierta gracia cuando nos ponemos de fiesta y para tomar el sol inflándose de cerveza no hay como nuestras costas. Pero, por lo demás, resultamos un tanto molestos. Somos gritones, folloneros, desordenados, poco disciplinados, y ahora, para colmo, nos comportamos como plañideras para que nos presten su pasta. La pasta que previamente ganaron vendiéndonos sus coches, lavadoras, trenes de alta velocidad y pasillos mecánicos para los aeropuertos vacíos. Porque nuestra chifladura tuvo unos cuantos beneficiarios. Uno de ellos, y principal, Alemania.
Significativo es el caso de las empresas alemanas radicadas en las Cuencas. A Thyssen, por ejemplo, le cedimos una parcelita, la pusimos guapa, incluso llegamos a cortarle el césped. Máximas facilidades para su asentamiento. Sin embargo, después de todo este tiempo, la involucración de la empresa germana en nuestra sociedad ha sido y continúa siendo nula. Ni un patrocinio, ni una colaboración, ni una muestra de gratitud. Al contrario de lo que suele suceder en su país de origen, donde todo es poco con tal de que los logos empresariales luzcan en los acontecimientos sociales y deportivos. A nosotros, simplemente nos ignoran. Somos útiles mientras regalemos suelo industrial, no protestemos y, además, compremos lo que producen. Pero de relacionarse, ni hablar.
El gran reto de Europa es lograr unir en lo fundamental a gentes de lo más diversas. Pero nunca seremos alemanes, aunque a fe que lo intentaron, ni viviremos como ellos, ni entenderemos la vida a su manera. Y es un despropósito pretender un todo uniforme desde el Ártico hasta el Mediterráneo, bajo un mando único. En este viaje todos sabemos hacer alguna cosa bastante bien y todos somos capaces de cometer graves errores. Todos. Incluso Alemania.


Publicada LNE 13/3/2012

PASARSE DE FRENADA

El presidente de Mercadona, orgulloso por encabezar una de las empresas más solventes, dinámicas y avanzadas de España, se vino arriba para acabar patinando en su comparecencia ante los medios de comunicación.
Es admirable que la compañía levantina sea capaz de obtener pingües beneficios en un contexto económico tan complicado como el actual, y conciliar a un tiempo los rendimientos con el respeto a las condiciones laborales de su plantilla. No en vano, Mercadona lidera el escalafón de contrataciones indefinidas, modalidad casi tan rara como los billetes de 500 €.
Sin embargo, llevado por la emoción del momento, el señor Roig puso como ejemplo de cultura de esfuerzo a los chinos que han venido a España a ganarse la vida. Y se pasó de frenada. Porque nadie duda de que los chinos se esfuercen y que sean laboriosos pero, ¿a cambio de qué? ¿Sueldos miserables y horarios infinitos? ¿Sometimiento incondicional?
Tiene su gracia que los chinos aspiren a hacer fortuna para poder vivir como occidentales mientras que entre los nuestros los haya con la pretensión de que trabajemos como chinos.
A ver si me explico: el trabajo ha de ser una parte de la vida, pero no la vida en sí. Consagrar la existencia a apretar tornillos, redactar demandas, coser pantalones o cargar palés de yogures es absurdo, un completo desperdicio. Hemos de trabajar para vivir y no a la inversa. Porque vivir para trabajar sólo conduce a la creación de dos niveles: los que sólo trabajan y los que se pegan la gran vida gracias a los primeros.
¿Acaso al presidente de Mercadona le gustaría llevar la vida de un comerciante asiático, anclado día tras día al negocio, sin horas, sin fiestas, sin descanso? Y si para ser competitivos hay que imitar a los chinos, ¿vale la pena? ¿No hay soluciones que no pasen necesariamente por la explotación humana?
Pues claro que los chinos fabrican más barato: si los españoles copiásemos lo que inventan otros, trabajáramos a cambio de una miseria, renunciáramos a todos nuestros derechos, dedicáramos la vida entera a la empresa, sin vacaciones ni ocio, y nos conformáramos viviendo amontonados en unos pocos metros cuadrados, también seríamos más competitivos. Pero, ¿quién quiere eso?


Publicado LNE 14/3/2012