jueves, 23 de enero de 2020

EN PAZ



“La vida sería maravillosa si nos dejaran en paz” dice la chica de los sartenazos en “El gran dictador” en un momento de tregua en el gueto judío. Y hay que ver qué deseo más complicado de lograr. De hecho, me parece imposible. Desde que arrancas cada día el mundo se confabula para no permitirte ir a tu aire. Dejando a un lado las relaciones personales y familiares, la realidad que hemos creado con tanto empeño tiene como objetivo prioritario tocarnos las narices constantemente. Y, en consecuencia, nos amarga una existencia que podría ser mucho más llevadera. La construcción social está diseñada para complicarnos innecesariamente la vida e impedirnos ser y sentirnos verdaderamente libres y dueños de nuestros destinos. ¿Organizarse para mejorar? Qué va. Es para controlar, limitar e intervenir cada vez más.
El mundo está hecho un desastre precisamente por esa obsesión de no dejarnos en paz. Paz: qué palabra tan bella y maltratada. Vecinos contra vecinos, familias contra familias, países contra países, todo determinado para no poder vivir en paz. 
El género, la raza, el color, la orientación sexual, los gustos y deseos, las aspiraciones, la nacionalidad, la regionalidad, el domicilio, la apariencia, la familia, la ideología, la salud, el origen, la economía, la fe, las afinidades… Nos metemos en todo y con todo, cuestionamos y somos cuestionados permanentemente, por los propios y, lo más fastidioso, por los ajenos. Siempre he llevado muy mal que alguien que no me conoce en absoluto pretenda imponerme qué y cómo pensar, decir, sentir, ver, escuchar, leer, creer o elegir.
¿A qué aspira la gente de buena voluntad? Pues, principalmente, a vivir en paz y, por supuesto, no sufrir más problemas que los ordinarios de una existencia normal. Pues no hay manera, y desde fuera, sin que sean necesarios los motivos, sin que uno tenga la menor responsabilidad y muy apartados de la sensatez, nos invaden para poner nuestras vida patas arriba.
Dejémonos en paz. Déjennos en paz. Es la base necesaria para una vida mejor, que es posible pero que nos empecinamos en negarnos.

LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS 23/1/2020

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