Es oficial y no tiene vuelta atrás: la tertulia del contenedor acaba de echar la solicitud para unirse al brexit británico y así mandar a hacer puñetas a esta Europa de panolis. La gota que ha colmado el vaso tuvo lugar la pasada noche del martes, cuando el premio megagordo de los Euromillones, 190 kilos de pasta de la buena, fue a caer en el bolsillo de un ciudadano inglés. Indignante. O sea, que los british dicen que se largan y el resto de Europa los recompensa haciéndolos archirricos. Hasta aquí hemos llegado.
Los miembros de la tertulia llevábamos meses cebando ese suculento bote de millones, lo alimentamos semana tras semana mientras hacíamos unos planes que iban creciendo conforme el bote engordaba, soñando con la razonable posibilidad de que algún día nuestro esfuerzo se vería recompensado. Y tururú. De ahí el cabreo y la firme decisión de que esta es la última vez que nos toman el pelo.
Ya hemos exigido que las imágenes del sorteo sean revisadas por el VAR que se utiliza en la Champions League. Pero como somos conscientes de que hay pocas posibilidades de repetición, al mismo tiempo enviamos una carta a Boris Johnson en la que declaramos la anexión de la tertulia del contenedor al brexit. Adiós Europa; ya estuvo bien de hacer el canelo.
Vamos, que me imagino las carcajadas de ese inglés al que acabamos de enterrar en millones de euros y se me pone un cuerpo que mejor no lo explico. Como cuando el gordo de la lotería nacional toca en Cataluña, y, para más coña, a una peña independentista. No se puede ser más pringaos.
Tenemos al pobre vocal delegado de sorteos y apuestas metido en la cama con un disgusto enorme. El de asuntos exteriores acaba de prenderle fuego al pasaporte. Como veamos una bandera azul con estrellitas se puede liar parda, porque los ánimos están muy alterados. Y el que saque el temita en plan de guasa tiene bastantes papeletas para acabar dentro del contenedor. Avisados quedan.
LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS 12/10/2019
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