Urueña es el pueblo de los libros. Pedroñeras, el del ajo. Membrilla, el del melón piel de sapo. La Seca, el del blanco de uva verdejo. Estepa, el de los polvorones. Aranjuez, el del fresón. Jabugo, el del jamón. Y Mieres, el de las peluquerías. Porque, si bien es cierto que de un tiempo a esta parte se aprecia un poquito más de animación en cuanto a la apertura de nuevos negocios, lo sorprendente del tema es que la inmensa mayoría de ellos son peluquerías. Sí, se reabren locales que llevaban años cerrados a cal y canto, en los que en su tiempo hubo inmobiliarias, agencias de viajes, comercios de ropa, ferreterías… Pero hoy están ocupados por peluquerías. Que uno piensa si en verdad el tema capilar mierense está tan necesitado de cuidados. Porque, vamos, la oferta es descomunal, y de un día para otro, el sector crece como los champiñones. Si tiempo atrás fuimos conocidos como la capital del carbón, y después la de los perros, hoy, sin duda, somos el pueblo de las peluquerías. Alucinante. Está claro que somos proclives al monocultivo. La diversificación no va con nosotros. Lo que ya me plantea más dudas es si hay bastantes cabelleras para semejante superpoblación de tijeras. Con un censo menguante, no lo veo tan claro. Y tampoco se aprecia que los residentes de Mieres sean especialmente hirsutos. La verdad, no lo entiendo, pero en mi calle, en cuestión de un par de meses, tres peluquerías que se suman a las ya existentes. Y ya he dejado de interesarme sobre el destino de los locales en obras. Para qué preguntar; serán peluquerías. Así que, si la gente viaja a Las Vegas a jugarse las perras, a Benidorm clavar el palo de la sombrilla en la playa, a París a mirar y no tocar, a Nueva York a hablar castellano, lo suyo sería promover que vengan a Mieres a cortarse el pelo, o lo que sea que se haga en una peluquería. Y ruego a mis convecinos que, si a razón del burro así han de ser las albardas, yendo camino de la capitalidad peluqueríl, luzcan un pelo saneado, bien cortado y correctamente peinado. Flaco favor nos hacen los pelurcios.
LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS 14/12/2016
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