sábado, 25 de abril de 2015

DIARIO DE LA 442 - 1



¿Quién no ha tenido a algún ser querido enfermo? ¿Qué nos pasa por la cabeza en esos momentos? Este es el diario de lo que pasa por la mía.

AMBULANCIA, URGENCIAS, PLANTA

Una de las leyes de Murphy afirma que toda situación susceptible de empeorar, empeorará. Sus problemas físicos son más importantes de lo que parecía a primera vista. Es un lujo disponer de un hospital a un paso de casa. Ambulancia, urgencias, planta. Estamos cómodos, lo cual creo que es un elogio para un hospital. Él no habla. Tampoco manifiesta queja ni disgusto. Nos mira con los ojos muy abiertos, como buscando alguna explicación a tanto vaivén. Sabes que estás haciendo lo correcto, y los análisis y radiografías lo confirman, pero no puedes evitar preguntarte qué estará pasando por esa cabeza, si comprenderá algo de lo que le está sucediendo. Tenemos la inmensa suerte de que la atención médica y el trato personal que estamos recibiendo ayuda muchísimo a afrontar este momento.
Ella no se separa de su lado ni un instante. Más de medio siglo de matrimonio en estado puro, que ni sometido a un estrés brutal como el de hoy es capaz de distanciarlo un centímetro. Al contrario; dos seres que mental y físicamente se fusionan en uno. En los ojos de ella leo el miedo. Dicen “que se me va”. Pero no se va. Hoy, no.
Se agota un día de una intensidad tremenda, tras una noche de vigilia cargada de pensamientos, reflexiones, dudas y temores. Y lo terminamos en el mejor sitio en el que, dadas las circunstancias, podríamos estar. No entiendo cómo es posible que se cuestione la necesidad de una sanidad pública de primer nivel. Algo así a la fuerza ha de ser caro, carísimo. Pero sus bondades no tienen precio. Y ponerla en peligro sería el mayor de los errores. Un error criminal. Ella se mantiene firme en su decisión de permanecer adherida a él. Imposible negociar. Subo al coche con una extraña mezcla de sentimientos. Afortunadamente, de entre todos ellos, sobresalen la tranquilidad de espíritu y el propósito de ir día a día. De poco sirve romperse la mollera intentando vislumbrar lo que puede o no suceder. Cae la noche sobre Mieres. Mi último pensamiento es para ella. No creo que se hayan inventado las palabras que reflejen lo que siento. 


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