Bueno, pues a mí no me
parece mal. Ya lo dijo en inolvidable Zapatero: “La economía es un estado de
ánimo”. Y si uno ve que las cifras son más rumbosas, se anima. De ahí que la
propuesta de incorporar al Producto Interior Bruto las estimaciones sobre economía
sumergida, tráfico de drogas y prostitución, debería ser entendida como un modo
de estimular a los españoles, que llevamos un montón de años de disgusto en
disgusto. Porque, a poco que sean rigurosos en la cuantificación, con esas tres
incorporaciones nos ponemos a rebufo de Alemania, si no la adelantamos. Sin ir
más lejos, el otro día leí que España se mantiene como líder destacado en
Europa en consumo de cocaína y cannabis. Luego, si hay parné para rayas y
porritos, tan mal no podemos estar. Si a ello le sumamos la pasta que ingresan
los puticlubes, nos movemos en unas magnitudes mareantes.
Porque ya está bien de ir
de pobretones por la vida. Que aquí manejamos, vaya si manejamos, pero de
extranjis, que es como se nos ha enseñado toda la vida. Lo de las facturas, el
IVA, las retenciones y todos esos líos son cosas recientes que aún no han asentado
en el ADN fiscal de los españoles. Pero eso no quiere decir que no haya pasta
en circulación. Acuérdense de los billetes de 500 € que descansaban en los
huecos de los tabiques cuando en el resto de la Unión Europea nadie había visto
jamás semejante billetón. Y los pastizales que los Bárcenas y compañía tienen
repartidos aquí y allá -bueno, principalmente, allá-, ¿por qué no iban a formar
parte del PIB? Y si más del 20 % de la actividad económica nacional se mantiene
sumergida, es por conveniencia, porque interesa, porque para que la tierra
produzca, además de agua fresca y buenos abonos, también hay que echar bastante
caca.
Así que eso de mirar para
otro lado, como no queriendo ver pero sabiendo que ahí está, me parece que está
condenado a desaparecer, al menos en cuanto a sus cifras macroeconómicas. Y tan
respetables son las exportaciones de automóviles y los ingresos por turismo que
los rendimientos de pilinguis y canutos. Además, esas cifras nos pondrán en
nuestro lugar. Como debe de ser.
Publicado en LNE de Las Cuencas el 26/6/2014
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