jueves, 6 de junio de 2019

DÍA DE ELECCIONES




El tiempo anima a ello, por lo que me preparo y salgo a caminar al paseo del rio. Las calles están tranquilas, adormecidas, como esperando a que el sol suba más y ponga en marcha a la vecindad. Al  aproximarme al colegio Llerón – Clarín veo una de esas imágenes que hacen que un día valga verdaderamente la pena. Allá van los dos cogidos de la mano, los cuerpos encorvados como esos árboles que resisten año tras año el azote de los vientos inclementes. Caminan inestables pero con decisión, vestidos con cuidado, un bastón cada uno y del bolso de ella asoman las puntas de los sobres electorales.
La pareja de ancianos, a buena hora del luminoso domingo, va a votar, algo que durante mucho tiempo, demasiado, porque un solo día sin libertad siempre es demasiado, no pudieron hacer.
Aminoro el paso para poder disfrutar de esa estampa tan bella, tan tierna, tan emocionante. Los que vinimos después oímos hablar de tiempos oscuros pero no somos capaces de valorar en su justa medida la importancia de vivir en una sociedad libre y democrática. Es algo que nos vino dado. Pero ellos, esos dos seres humanos cargados de historia y dignidad, se lo ganaron a pulso cargando a la espalda la responsabilidad de hacer de este país un lugar mejor. Aquel enorme peso dobló sus troncos pero no logró quebrarlos. 
Los pierdo de vista cuando entran en el colegio en dirección a su mesa electoral y reanudo la marcha camino del rio. Pero de repente siento la urgencia de ir a votar, como hizo la hermosa pareja. No es una lata, ni un rollo, ni un trámite molesto, ni una causa de desagrado, ni algo inútil. Es votar. Nada menos que votar, un acto de enorme valor. Ellos lo saben, es una fecha señalada y no la dejan pasar. No hay pereza, ni artrosis, ni mal tiempo que, ahora que pueden, los aleje de las urnas. Es día de elecciones. 


LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS 2/6/2019

martes, 4 de junio de 2019

RIDÍCULOS




Entre la ridiculez de Eurovisión y el lamentable espectáculo del Congreso de los Diputados la tertulia del contenedor está de lo más animada.
Sobre lo primero, lo más suave que se ha escuchado es que España debería dejar de intentarlo. Es preferible no participar que someter a la nación a esta humillación anual. El sector más combativo se mostró partidario de bombardear sin previo aviso la sede del organismo televisivo europeo y de juzgar por crímenes de lesa humanidad a los responsables del concurso. En lo que todos estuvimos de acuerdo fue en calificar el sistema de votaciones de “chirigota” así como en mostrar nuestro malestar con los “hermanos” europeos, que no nos votan ni de broma, lo hagamos mal o peor, cuando llenan el saco de puntos de cualquier fulano que canta como un gato mojado. Por unanimidad hemos decidido boicotear el certamen del próximo año yéndonos a la cama bien temprano.
Lo del Congreso nos trae a mal traer. Esta va a ser una legislatura turbulenta y maleducada. Tiene toda la pinta. Aquello de la cortesía parlamentaria pasó a la historia. Hoy lo que se lleva es la bronca, el insulto y la grosería. Todo ello sumamente improductivo. El acto de jura o promesa del cargo se convirtió en una bochornosa demostración de falta de respeto a un pueblo y su legalidad. Unos prometiendo chorradas por imperativo legal, otros pataleando, los de acá abucheando y los de más allá burlándose. Hay ocasiones en que cuesta mantener firmes las convicciones democráticas.
Que, puestos en este plan estúpido, en la tertulia somos partidarios del estilo parlamentario taiwanés, donde con cierta asiduidad se pegan y se tiran de los pelos. Porque mucho nos tememos que lo que tenemos por delante va a ser insufrible, una competición de cuatro años para ver quién dice la bobada más gorda. Y, desde luego, han arrancado con ímpetu. 
Eso sí, hay un sentir general de “ya está bien de elecciones” que no pasa desapercibido. A nuestro secretario le ha vuelto a tocar una mesa. Está de democracia hasta los… 


LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS 25/5/2019