Estoy en racha. El otro día escribí que el doctor Germán, nuestro Fray Germán de Carabanzo, es allerano. Tierra, trágame. Al día siguiente nadie me comentó nada del artículo, sobre la fabulosa labor de Germán en la selva de Guatemala. Pero me recordaron el desliz unas treinta veces. “Hombre, allerano, allerano, nun ye”, “¿desde cuándo Carabanzo está en Aller?”… Y así todo el santo día. Te sientas, le das a la tecla con cierta prisa, te empatonas, confundes Carabanzo y Caborana y lo que debería ser Lena acaba siendo Aller. Y lo que más rabia da es que estos puñeteros gazapos tienen la habilidad de ocultarse maravillosamente por más que revises el texto antes de darle a enviar. Pero al día siguiente la realidad te golpea con el primer comentario en la página web del periódico: “Carabanzo está en Lena”. Sólo le faltó añadir “ignorante”. Ni una palabra sobre el resto del artículo. El gazapo y punto. Es ese complejo de examinador que tienen tantos, que parecen desconocer que, además de con tinta roja, también se pueden hacer anotaciones en verde.
Redondeando esta corta y agitada semana no se me ocurrió peor idea que aceptar la labor de moderación de un debate político sobre el cierre de la minería. En buena hora. A mí, que lo que me gusta es opinar, me pusieron a distribuir el juego entre cuatros políticos que ya venían de casa con el discurso escrito para contárselo a una audiencia compuesta, en un 95 por ciento, por más políticos. Pocos “civiles” acudieron a la llamada. El resultado fue el esperado: nada nuevo bajo el sol, reiterado intercambio de acusaciones, el personal escuchándose a sí mismo y un moderador, pez fuera del agua, que acabó disgustando a todos. Durante hora y tres cuartos por mi cerebro sólo circulaba una frase: “Sal de aquí cuanto antes”. Para ser mi primera y última vez, no pude hacerlo peor. Creciendo y aprendiendo, aunque no lo parezca. Salí del Ateneo de Turón, arranqué el coche y me vino a la mente una pintada que hay a la entrada de Mieres: “Manolete, si no sabes para qué te metes”. Una y no más. A ver si no se me olvida.
LA NUEVA ESPAÑA DE LAS CUENCAS 14/12/2017